୧ ׅ𖥔 ۫ ◜🍥◞ 𝑻𝑶𝑼𝑪𝑯 𝑶𝑭 𝑫𝑬𝑺𝑻𝑰𝑵𝒀 𓂅 ❮ʙᴀғғʏ❯ . ࣪ ˖﹆

❁❜.ː͡₊ Única parte

Convivir con el conejo era una experiencia llena de adrenalina y misterio, pero también representaba una singular diversión que se filtraba por cada una de sus plumas, dependiendo de la situación en la que se encontraran.

Cada uno conocía su lugar en el mundo Looney, sus debilidades y fortalezas, mañas, costumbres,  habilidades y vivencias. Han sido una de las duplas más populares, —sino es que la más popular—, para la Warner Bros. durante décadas, a pesar de sus muy notorias diferencias.

Bugs podía ser exasperante, le podía ganar en muchas cosas, podía demostrar una actitud engreída y particularmente calmada en un sinfín de situaciones.

Todos, absolutamente todos sabían que ambos tenían un estatus de rivales en la pantalla, pero por fuera las cosas cambiaban ligeramente.

Porque, aunque el de pelaje grisáceo le colmara la paciencia en demasía, no lo cambiaría por nada.

░▒▓█ 🌲⛲ █▓▒░

—Te digo Porky, ese conejo se la pasa en mi cabeza todo el bendito día, ¿sabes cómo puedo sacarlo?— Cuestionaba el de plumaje mientras almorzaba con el porcino. Los muchachos estaban en su descanso, en los próximos minutos debían volver a su trabajo, luego de un repaso a sus libretos.

—Ya te-te lo di-dije Lucas, te gu-gus-gusta B-Bugs.

—¡Tonterías! ¿Cómo me va a gustar ese dientón? Si lo único que hace es comer una zanahoria y decir su frasecita de siempre, es tan desesperante.

El de moño rojo negó con la cabeza. Venía escuchando ese rollo de su amigo por varios meses. Lucas ignoraba ese incipiente flechazo que había recibido de parte del roedor más alto de manera inconsciente; o más que ignorarlo, lo tapaba, ya que no podía permitirse el tener algo por el personaje más famoso de los Tunes, ¡era inconcebible!

—Bi-bien, c-c-como sea.— Interrumpió Porky antes de que Lucas siguiera con su parloteo innecesario. —, ¿Q-que t-t-te parece si me-me c-cuentas c-cuando em-empezaste a se-sentir esto por B-Bugs? Te pu-pu-puedo ayudar.

El plumífero emitió un suspiro, accediendo de mala gana a la petición de su colega.

El pato recuerda haber sentido el primer impacto de emociones en su pecho en aquella época de tormenta, dónde necesitaron toda la ayuda posible para el juego del siglo, con un deporte que no era de su devoción para nada.

Rememora esas horas en las que Bugs y él se encaminaron a la casa de Jordan a buscar ropa adecuada para el juego estelar. No hubo nada fuera de lo normal entre ellos, platicaron un poco mientras se llevaban lo necesario de la sala de estar.

Pero después tuvieron un problema: El perro de la casa iba tras ellos. Eso fue lo que los descolocó y los puso a temblar, las reglas de su mundo caricaturesco no eran como las del mundo humano así que ninguno tenía en claro cómo salir de ese embrollo.

Mientras el canino se acercaba ambos no tuvieron mejor opción que abrazarse y esperar lo que fuera, temblando en los brazos ajenos y con la voz irregular.

Sus latidos estaban bastante acelerados, pero para Lucas hubo algo más que sólo la ansiedad en su sistema.

Ya había tenido mucho contacto con el conejo antes, pero esas ocasiones fueron roces casuales y sin mucha profundidad. Cosas como un toque en el hombro o un agarre en la cintura eran asuntos platónicos, no significaba algo de fuera de lo común.

Pero ahí mismo, en esa casa iluminada por la luz de la luna estaban los dos bastante temerosos. Y ahí es cuando pudo percibir con certeza lo agradable que era tener ese tipo de cercanía con el grisáceo, a pesar del revoloteo de su abdomen.