Particular Taste. [Ben Hanscom/YAOI]

FRIEND.

Estaba triste, Caleb estaba triste porque se había dado cuenta de que la persona más importante para él estaba en su corazón; pero no en su vida.

Caleb es un chico que por lo que me contó; ha sido un poco desatendido por sus padres y las veces que estaban siempre le salían con alguna demanda, con etiquetas impuestas de perfección, con ser siempre el número uno. El resultado fue: que en su adolescencia se volviese una persona un tanto hostil tratando de herir a los demás para que sean igual de infelices, además de asegurar que nadie le dañase.

Su abuela fue la única que verdaderamente le protegió, pero esta ya no está.

[Camino por el bosque en dirección a Los Barrens en busca de aire fresco, el día no es tan caluroso, y la verdad es que no se está mal: son de esos días húmedos de verano en los que uno siente tranquilidad y el aire húmedo te invade todos los sentidos.

Entre la maleza de los Barrens veo una melena pelirroja muy reconocible y por el temblor de su cuerpo parece que está llorando, decido cruzar el agua para llegar al otro extremo, no hay mucha profundidad y me trae sin cuidado mojarme.

Llego a la orilla y me adentro en la maleza.

Yo: Caleb ¿Te encuentras bien?

Se sobresalta y me mira.

Caleb: Ben, me has asustado.

Dice limpiándose las lágrmas, me siento a su lado para consolarle.

Yo: ¿Por qué lloras?

Sus ojos vuelven a aguarse.

Caleb: Tengo un mal momento y como todos piensan que no tengo sentimientos, no tengo a nadie con quien hablar, antes estaba mi abuela; pero ahora no está y yo me siento solo.

Le acaricio el hombro y le estrecho entre mis brazos, el corresponde y se aferra a mí, no quiere que le suelte y lo noto, los momentos en los que le consuelo, me encantan y hacen que me sienta bien conmigo mismo; porque de alguna forma puedo hacerle feliz.

Caleb: Por qué nadie es capaz de quererme...

Susurra; aunque le oigo. Desearía mandar todo al garete y decirle que le amo, que me parece la persona más emocional y sensible del mundo, que es el más bello que he visto en mi vida, que deseo darle muchos abrazos y entregarle todos esos poemas que tengo en mi cómoda inspirados en él, ser capaz de reordenar las estrellas y bajarlas a donde este él; pero no puedo, no tengo valor y me aterra que me rechace ya que siempre he sido muy inseguro con mi persona y que Caleb me rechazase, me entristecería.

Yo: Tú me caes bien.

Él se aparta un poquito, coloca sus manos en mi pecho mientras rodeo su cintura.

Caleb: ¿Lo dices de verdad?

Yo: De la buena.

Sonríe.

Caleb: Ben...

Abraza mi cuello y se acerca, nuestras narices están a punto de chocarse y yo me siento muy nervioso.

Yo: ¿Sí?

Caleb: Puedes perdonarme por haber sido un tonto contigo, por favor.

Yo: No hay nada que perdonar.

Nos miramos y siento una opresión en la caja torácica de los nervios, sus ojos son preciosos y a través de ellos veo su alma; cándida, noble e inocente.

Caleb: Eres muy bueno Benny-Boo.

Se separa de mí y se abraza a sí mismo por el frío, me levanto del suelo y me quito la sudadera para dársela a él, la coloco en sus hombros y sonríe agradecido, se la pone y le queda un poco grande a pesar de que es unos centímetros más alto que yo.

Caleb: No tenías que molestarte la necesitas más, estás empapado.

Señala mis zapatos y pantalones.

Yo: No me importa, en verano yo no me enfermo; aunque llueva como lo hará dentro de un rato.

Caleb: Ben, me preguntaba...

Mira a los lados mientras se muerde los labios.

Yo: Dime.

Caleb: Querrías ser...

Divaga.

Yo: ¿Sí?

Caleb: Mi amigo...

Yo: ¿No lo eramos antes?

Caleb: No lo sé, no me gustaría etiquetar las cosas que luego no son.

Yo: Pues lo somos.

Caleb: Gracias.

Me siento un poco decepcionado, ya que no quería ser su amigo, aunque por otra parte me sentía feliz de la actitud que estaba mostrando y del avance que había hecho con él.]

Desde esa tarde, algo no paraba decirme que todo iba a cambiar.

Caleb no tendrá a su abuela; pero como su amigo trataré de hacerle feliz, al precio que sea.