Capítulo 4: Mundo pequeño.

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“No creo en las coincidencias sin sentido; creo que cada coincidencia es un mensaje, una pista que requiere nuestra atención.” –Deepak Chopra.

–Clara..., ¡Clara! –Empujaron mi espalda.

–5 minutos más, por favor... –Pedí entre sueño acomodando la almohada. Unos segundos después mojaron mi rostro con agua fría y desperté exaltada. Nancy tiene esa mala costumbre de despertar así a las personas, debe ser por su servicio en la milicia. Así despertaban a los dormilones en su tiempo.

–Clara, te buscan abajo. –Dijo, me senté en la cama y sequé mi cara con las sábanas. El dolor había disminuido, pero seguía una molestia al estirarme. Quién diría que un buen descanso me sentaría bien.

–¿Es Justin? –Había quedado con él para ir de compras a las 9. –¿Qué hora es?

Respondió saliendo de mi habitación. –Cerca de las ocho.

Froté mis ojos y ajusté mis zapatos, arreglé mi cabello y quité algunas manchas que dejó la máscara de pestañas mientras dormía.

–¡Tan temprano llegaste, Justin! –Dije bajando la escalera corriendo. Llegué hasta el salón y abrí mis ojos sorprendida.

 Llegué hasta el salón y abrí mis ojos sorprendida

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–Me pierdo unos meses y ya tienes novio. –Sonrió June, ambos se acercaron a mi y los abracé a pesar de mi incomodidad.

–Los extrañé... ¿Qué hacen aquí? Creí que estaban en Europa.

–¿Acaso le tengo que pedir permiso a mi hermana para visitarla? –Dijo Nicolás desordenando mi cabello.

–Me estoy congelando aquí adentro. –Interrumpió June observando las paredes del salón. Encendí la estufa y nos sentamos en el sofá mientras Nicolás subía el equipaje.

–Nancy, ¿Podrías prepararnos un café, por favor? –Encargué.

–Colocaré la mesa. –Respondió dando media vuelta.

–¿Cómo te fue en España? ¡¿Me trajiste algo?! –Pregunté ansiosa.

–No. –Respondió seria; encendiendo un cigarrillo. Sabía que no era cierto, siempre trae algo.

Sonreí. –¿Cuánto tiempo te quedarás?

–No lo sé, tal vez unos días... Necesito relajarme. –Dijo jugando con el cigarro entre sus dedos. Nicolás bajó y se acomodó junto a mí, me recosté en su hombro y observé a June como fumaba. Estaba muy contenta de que estuvieran aquí, en verdad, los extrañaba.

Ella es la mayor de los tres, con tan sólo 29 años escribió 2 novelas y una autobiografía. Viaja seguido; España, Inglaterra, Francia, ect. Se dedica a escribir, fumar y es especialista en meterse en problemas.

Mi madre me contó sobre un muchacho del que June estaba enamorada en primaria; le escribió 3 cartas de amor que nunca envío y las guardó en diferentes lugares que sólo ambas sabían. Días más tarde, June, llegó llorando de la escuela, mi progenitor le preguntó que era lo que le ocurría como para llorar desesperadamente, respondió entre sollozos que había visto a su enamorado besarse con su "amiga". Él la intentó consolar aconsejando de que lo olvidara y no hiciera alguna estupidez, mas no obedeció. mi padre la conocía muy bien.

Heridas que no sangran. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora