Capítulo 6: Cita, no cita.

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Desperté temprano, para ser exacta; 6:10 A.M. Me di un baño y pensé en todas las posibilidades de poder encontrarme con Leonardo nuevamente, eran dos de miles. La primera, en la cafetería y en la segunda, por los pasillos de la facultad. Qué irónico.

Me quité la pintura del rostro y me vestí con un jeans negro, un poleron anaranjado y mis zapatillas vans. La mañana seguía oscura y fría, así que encendí la estufa y un fuego abrasador me abrigaba mientras preparaba el desayuno; huevos revueltos con tocino, café, pan y un televisor sincronizado con las noticias matutinas.

Luego de un par de minutos todo estaba listo, subí a despertar a June y a Nicolás para que me acompañarán a comer. Lo sé, debería dejarlos descansar, pero hace tiempo que no desayunaba con ellos.

June bajó primero, comió un par de tostadas y luego se incorporó Nicolás en piyama. Discutían sobre el alce del dólar y las nuevas actualizaciones de seguridad del móvil. Como extrañaba estás peleas. Estuvieron hablando sobre ello durante casi todo el desayuno, pero los interrumpí relatando lo que me había ocurrido en la parada de autobús; ambos me regañaron por estar muy tarde afuera de casa y más aún sola. No esperaba más.

Me despedí de ambos de un beso en la mejilla, tomé mi bolso y saqué un libro de matemáticas del estante, caminé hacia la calle central y esperé al autobús mientras repasaba los contenidos.

Luego de unos minutos llegó el autobús; habían pocas personas sentadas, mas lentamente comenzó a saturarse mientras avanzaba

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Luego de unos minutos llegó el autobús; habían pocas personas sentadas, mas lentamente comenzó a saturarse mientras avanzaba. Tuve que ceder mi asiento a una mujer mayor, entonces, guardé el libro en mi bolso intentando memorizar las fórmulas y las maneras de solucionar un problema de segundo grado, ya saben, esas cosas de funciones.

Estábamos todos apretados, los codos de las personas me golpeaban reiteradamente y sus hombros sacudían mi cabeza. Me bajé unas calles antes, no aguantaba más la escasez de oxígeno y los golpes, así que caminé hacia la preparatoria. Después de todo, no estaba tan lejos.

Busqué a Alisha en los casilleros, pero no la vi, abrí el mío y saqué algunos libros y apuntes de la clase que viene, cuando cerré el estante Justin me asustó y boté mis libros.

–¡Buenos días! –Dijo energético.

Respondí un poco molesta. –Buenos días, Justin. –Me agaché para recoger mis cosas, pero alguien también se agachó para ayudarme y era el que menos esperaba. Leonardo, que había corrido para auxiliarme. Que amable.

Justin murmuró; "Ouuuu" mientras se iba con una sonrisa.

–Buenos días, Clara. –Subió la mirada y guiñó.

-Buenos días. –Musité nerviosa, agaché la mirada para recoger el último apunte y nos levantamos al mismo tiempo. Me entregó mis cosas, y no despegó su mirada de mis ojos.

–¿Puedo hablar contigo, luego? –Curvó sus labios. Estaba embobada con su sonrisa y asentí con la cabeza sin saber lo que decía. Lo último que escuché fue: «Te espero en la biblioteca» y se alejó

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2019 ⏰

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