𝐃𝐨𝐲𝐨𝐮𝐧𝐠 𝐱 𝐘𝐞𝐝𝐚𝐦

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El menor del Treasure A se sentía extrañamente triste y un tanto decaído. Doyoung solía ser un chico muy alegre, amoroso con todo el mundo y muy apegado a sus mayores. Sin embargo, ahora entrenaba solo y pasaba la mayoría del tiempo llorando. Quería parar todos esos malos pensamientos de su cabeza, pero la sensación de soledad era demasiado grande. Necesitaba aunque sea un mínimo abrazo, o algunas palabras de afecto para poder sentirse mejor.

Lamentablemente, estos nunca llegaron y Doyoung solo pudo pensar en rendirse. Tímidamente llamo a sus padres y les confesó su deseo de dejar la empresa, que ya no se sentía cómodo allí y que estaba un tanto triste. Sus padres lo apoyaron como siempre lo hacían, ellos siempre habían tenido miedo de lo que la industria le pudiera llegar a hacer a su hijo, afectandolo, pero siempre quisieron apoyarlo en sus sueños.

Lo más difícil fue acercarse a las oficinas y decirle su deseo de irse a los productores. Estos trataron de retenerlo llenando lo de cumplidos tales como que su voz era impecable o que nadie bailaba como el. Sinceramente, nada ayudaban esas palabras si venían de gente que solo les importaba el dinero. Finalmente, decidieron liberarlo.

Aún más difícil fue despedirse de sus compañeros de equipo, todos estaban llorando ahora cuando hace meses que nadie se acordaba de el. Eso le producía una rabia enorme pero sabía que debía dejar esas cosas y aprovechar los últimos momentos que les quedaban juntos.

Abrazo a cada uno de los miembros con mucha fuerza, iba a extrañarlos y los quería demasiado, pero no se sentía cómodo allí. Después de todos, llegó al final de la fila y recibió el abrazo más fuerte de todos, el que dejó su hombro mojado y unas palabras un tanto significativas.

-¿Podemos hablar a solas antes de que te vayas? Necesito decirte algunas cosas antes de que sea tarde.- Dijo Yedam suavemente en su oído, entremezclandose con sus sollozos. Doyoung asintió suavemente y ambos salieron de la sala de ensayo para dirigirse a otra que estuviera vacía, dejando caras de confusión y sorpresa.

Doyoung cerró la puerta detrás de su cuerpo y miro a Yedam, que tenía menos lágrimas que antes.

-¿Qué querías decirme?- Doyoung soltó en un tono seco y casi innexpresivo.

-Yo, no entiendo. No entiendo porque te vas, que pasó, no entiendo nada.- Dijo desesperado ante la idea de no volver a verlo, ya que Doyoung volvería a su ciudad y el seguiría entrenando.

-Yo, solo me siento muy sólo acá. Estoy cansado de esta vida. No me siento apoyado, ni apreciado. No tengo ni una sola razón para quedarte.

-¿Y que hay de nosotros, tus compañeros? Acaso no somos una razón suficiente.

-Dammie, estás siendo muy ciego. ¿Acaso no notas que ya nunca están conmigo? Nunca notaron que me la pasó llorando. Desde que llegaron los trainees japoneses estoy completamente solo, jamás pensé que eso iba a pasar.

Las lágrimas caían en sus rostros, y Yedam no pudo hablar, tan solo lo abrazo con toda la fuerza que pudo.

-Perdoname, yo, debí haberte cuidado.- Dijo Yedam suavemente en su oído.

-Ya no debes preocuparte por mí. Debes enfocarte en tu sueño ahora, cuida de ti mismo.

Ambos quedaron viéndose por varios segundos a los ojos hasta que Doyoung abrió la boca.

-Yedam, me quedo solo una cosa pendiente en este lugar.- El mayor lo miró sorprendido y curioso. Doyoung se acercó tímidamente a el rostro del contrario a la vez que acariciaba su mejilla. Así junto sus labios a los ajenos haciendo a penas una leve presión.

-Siempre me has gustado Dammie. Supongo que esta no era la manera en la cual soñaba confesarme, pero esta era mi última oportunidad.- Doyoung tomo su mano y dió un beso en ella.

-No te vayas, por favor.- Rogó Yedam abrazando nuevamente al menor.

-No puedo quedarme solo por ti. Ya no necesito esta vida. Prometo venir a visitarte.

-¿Y si te pido que seas mi novio?- Soltó rápidamente Yedam, sorprendiendo y desconcertando de alguna forma a Doyoung.

-Lo lamento, pero es muy tarde ahora. Ya no puedo quedarme en la empresa.- Doyoung dió un suave beso en su frente y seco las lágrimas de sus mejillas. -Seguire escribiéndoles, no vamos a perder el contacto. Por favor Yedam, concéntrate en tu sueño. No debes preocuparte más por mí.

Doyoung dió un último abrazo a su compañero de equipo y dejó un beso en su mejilla, para luego soltarlo, cruzar algunas puertas y dejar la empresa.

Un pie afuera y la sensación de libertad se había instalado en su pecho. Sería difícil dejar todo eso, pero sabía que todo sería mejor.

Aunque si, ansiaba con todo su corazón volver a encontrarse con Yedam.

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Perdón por hacerlo tan triste, fue lo que me salió (no me gustó mucho)

Sigan pidiendo sus parejas favoritas. (Traten de que no sean las que ya escribí)

𝚃𝚁𝙴𝙰𝚂𝚄𝚁𝙴 𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚘𝚝𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora