AGRADECIMIENTOS

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El eterno problema que deben enfrentar quienes se dedican a escribir sobre la familia real es el de la autenticidad. Cómo convencer al mundo de la veracidad del relato y la confiabilidad de la fuentes, cuando la mayoría de las entrevistas son absolutamente cofidenciales. A su vez, quienes escriben hostorias autorizadas sobre la familia real, aquellos elegidos por los habitantes del Palacio de Buckingham, enfrentan el problema inverso. Si bien tienen acceso a archivos oficiales, a amigos influyentes y miembros de la Casa Real, la opinión pública siempre abriga la sospecha de que, aunque estén contando la verdad, no necesariamente se trata de toda la verdad.
Esta biografía de la Princesa de Gales resulta un caso atípico, ya que no se vio sometida al control del Palacio de Buckingham y, sin embargo, muchos miembros de la familia de la Princesa, amigos y consejeros aceptaron que se los entrevistara, hablaron con sinceridad y franqueza, si bien eso implicaba dejar a un lado la tan arraigada costumbre de la discreación y la lealtad que indefectiblemente se impone cuando se está tan próximo a la realeza. Deseo expresar mi más pofundo y sincero agradecimiento a quienes colaboraron de este modo.
Quiero agradecer también al hermano de la Princesa de Gales, el noveno conde Spencer por sus recuerdos y reminicensias, sobre todo, respecto de la infancia y adolescencia de la Princesa.
Agradesco también la colaboración de la baronesa Falkender, Carolyne Barthomew, Sue Beechey, del doctor James Colthurst, James Gilbey, Malcolm Groves, Lucinda Craig Harvey, Peter y Neil Hickling, Felix Lyle, Michael Nash, Serota, Muriel Stevens, Oonagh Toffolo y Stephen Twigg.
Los nombres de muchos otros no aparecen mencionados. Las posiciones que ocupan actualmente me impiden agradecerles oficialmente su invalorable colaboración. Sin duda, su cooperación ha sido por demás generosa y de incalculabre valor.
Agradezco asimismo a mi editor, Michael O'Mara, por la orientación y el apoyo que me brindó en el tortuoso sendero que recorrí desde la concepción hasta la terminación del libro y a mi esposa Lynne por su infinita pasciencia.

Andrew Morton
Abril 1992

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