Capitulo 5

11 1 0
                                    

"Se me ocurre que vas a llegar distinta, no exactamente más linda, ni más fuerte, ni más dócil, ni más cauta, tan solo que vas a llegar distinta". Mario Benedetti.

Algo dentro de Amalia cambio desde la última visita al cementerio, decidió no recordar más el pasado, vivir el presente y planear su futuro, un futuro donde su corazón estaba guardado bajo el inmenso mar, pasaron 5 meses en los cuales había suprimido los recuerdos más bellos y los más dolorosos. Sin embargo era inevitable no pensarlo de vez en cuando, dentro de poco tiempo el retornaría y su mayor miedo se haría presente. ¿Dudaría? 

-¡No lo hare!- se gritó mientras se veía en el espejo de su cuarto; se decidió a estudiar la práctica del día siguiente, necesitaba apartar la mente de cosas que ella llamaba "banales"

5 largos meses de luchas, desvelos y humillaciones los 3 amigos lograban salir victoriosos de la tesis que tanto les había costado. Denisse, Nathan y Benjamín por fin eran doctores, y no solo eso, con especialidades. Denisse y Nathan, decidieron ir a celebrar en familia, sus padrinos habían viajado desde argentina para visitarles. Sin embargo, Benjamín no quería ser un "Sobrado" prefirió ir a descansar temprano al apartamento.

Repaso todos los objetivos planteados en un pasado y que en el presente ya estaban hechos y derechos. De pronto, como viento frio de invierno, la tristeza le sobrevino, se vio y sintió solo, la casa vacía, escuchar a unos padres jugar con sus hijos, la foto de sus padres, se vio la necesidad de llamar a su madre, pero la diferencia horario hizo recapacitar esa idea. Se sentó a escribir una de las tantas cartas que nunca enviaba.

Carta No. 2035

Querida Mia:

Como te lo dije la última vez que te vi, cumplí mi promesa, me gradué, soy médico. Ya no tendrás necesidad de ir a un hospital público porque yo te sanaré, estaré al pendiente de ti, de tus alergias, tus fiebres altas, tus defensas bajas y sobre todo de tu corazón. Te extraño, ¿vos me extrañas?; Aun me arrepiento de no haberte detenido y besarte la última vez que te vi, detenerme, girar y aunque Luis nos hiciera burla por una eternidad, ese beso no dado, no me estuviera castigando en este instante. Y como el resto de cartas no dadas esta se guardara como siempre en el cajón de al lado y en mi memoria.

Doblo y guardo la carta; observo la fotografía donde aparecían mirándose fijamente, capturados en el momento exacto, ni se habían percatado de no ser por el sonido del teléfono. –yo si miro atrás, y bastante seguido- musitó, -miro tanto atrás, que tu recuerdo me persigue, y eso que no estas muerta, ni en vida, ni en mis pensamientos, ni en mi corazón- observo la caja llena de cartas, algunas amarillas por el tiempo, otras manchadas por las lágrimas derramadas por él. 

Era irónico, había tomado la idea de una película hollywoodense "El Diario de Noah" pero a diferencia de los protagonistas, él no se había rendido en escribir una carta diario por casi 4 años seguidos aunque no tuviera respuesta alguna; pero tampoco había tenido el valor de enviarla, por otra parte, tampoco sabía si ella había rehecho su vida sin él. Luis le decía ciertas cosas, pero todas referidas a la salud de ella, pero nada más, no le gustaba torturar a su amigo, y tampoco quería ilusionarlo para que luego al retornar al país viera la vida de ella resuelta, aunque no fuera así.

-¿Tendrás el teléfono que te preste?-murmuro- Quería solamente escuchar su voz, escucharla cantar, otra vez. Inseguro de sí mismo, con su pulso tembloroso y los nervios a mil por hora decidió marcar. Una voz dulce, a como el recordaba, contesto.

Siempre te amare.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora