!Luis! - Amalia alzó su mirada, sonrió y dejó lo que estaba haciendo, corrió hacia él y sin pensar que sus manos estaban con polvo y le podría ensuciar; le tendió un cálido abrazo, no lo veía desde año viejo y le extrañaba.
- Vos sos mi idiota favorito - musito- no te esperaba hasta mañana, ¿qué tal tu viaje?
- Aburrido - gruño - yo no sé cuál es el interés de nathan que este con él en mis vacaciones- dijo con enfado mientras volteaba los ojos haciendo desaparecer su color miel y poniéndolos en blanco - pude haber ido al norte, a estar echado todo el día en una hamaca, en el porche de la casa, con un café y aguantando el frio de las 7 de la mañana y perecear todo el santo día, en vez de viajar a Chile a visitar a este cabrón, aguantar el dolor de trasero de las 8 horas de viaje, y estar en una casa en la que no puedo andar desnudo. - gruño nuevamente.
- Pues regálame ese viaje a mi idiota - menciono Amalia mientras le lanzaba una miraba ingenua a su amigo y colocaba su mano derecha en la frente mientras pensaba - «quisiera tener su suerte».
- ya sé que estas pensado, el típico "quisiera tener su suerte" - mientras hacia pucheros con la boca y arremedaba sus gestos como un niño. - no es para tanto Amalia, consigue un empleo, ahorra dinero y yo te pago el boleto de avión.
Amalia puso su mirada en blanco - Y ¿acaso el dinero crece en los arboles?, primero nuestro amado presidente deja el poder, - bromeo con sarcasmo- además, ¿Ir sola?, ¿Acaso quieres que me violen? - pregunto Amalia en broma.
- No, no, no, bueno si, pero yo nada más - declaro Luis.
Amalia se rio y le dijo - Eres el rey de los idiotas -.
Se habían conocido en los cursos de inducción, él se enamoró a primera vista de ella, le parecía especial, como lo que él siempre había esperado, pero ella simplemente lo miraba como su mejor amigo, y a pesar que sabia el sentir de ella y del pasado que en ocasiones le atormentaba, le expreso todo lo que sentía, sin embargo, él estaba muy consiente la decisión de ella, aun así, ambos seguían hablándose y tratándose con normalidad, como un par de buenos amigos.
-Sabes- agrego - mañana estamos de aniversario de amistad, ¿Te gustaría hacer algo?
-¿Acaso eso existe? - cuestiono Amalia en tono burlesco - Eso solo lo hacen los novios.
-Pero nosotros somos más que eso querida - declaro Luis - Somos más que amigos, pero menos que novios, y con eso me basta, ¿te gustaría revivir esa bebida cacao y churro de queso de hace 4 años atrás? - Pregunto con gran entusiasmo mientras se encaminaba a la salida del salón.- Sera todo un placer Monsieur - celebro Amalia - ¿Te parece bien a las 10?
- está perfecto, de una y practicamos tu francés, que lo escucho como un gringo tratando de cantar reggaetones. - grito - Ahí nos vemos Amalia. - Y se fue, aun recordaba cuando le contó que estaba enamorada de ella, la verdad era que no le desagradaba, se acoplaba a sus gustos, alto, blanco, cabello rebelde, labios carnudos y mirada penetrante, sin embargo, debido a sus hazañas con algunas mujeres le restaba puntos, aunque sabía que, con ella, el cambiaría ese aspecto, pero como la mayoría de las mujeres, ella prefería tenerlo como amigo y no como prometido. Sus amigos en común le llamaban tonta por desaprovechar el estar con él, por la situación social y economía que poseía su familia, cualquier chavala de la universidad daría lo que fuera por estar en sus zapatos, pero ella estaba bien así, le amaba tanto que podía dar la vida por él, pero no tanto para compartir la cama con él. Si, así de complicadas somos las mujeres.
Amalia paso toda la mañana en los laboratorios limpiando y practicando sus futuras clases, los curiosos se asomaban por la puerta mientras pasaban para ir al comedor. Se había dispuesto a disfrutar todo mientras pudiera, la vida le sonreía de buena manera, y no aprovecharla sería un pecado.
Dieron las 13:00 horas y era tiempo de recibir sus clases, coloco todo en los lugares correspondientes, reviso la llave del gas, apago el aire acondicionado y cerro el salón, devolvió su mirada y sonrió - mi nuevo hogar - susurro mientras su figura se perdía entre los cientos de estudiantes que entraban y salían de las demás aulas.
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-. ¿Cuándo vuelves hijo? - pregunto una mujer de contextura mediana, cabello corto y teñido. - Te extraño, aún hay plazas disponibles, ¿Qué sabes de Luis?, ¿ya está en la capital?
-Ese mujeriego nunca cambia mamá - respondió del otro lado de la línea - supongo que ya debió de llegar, aunque nathan le extrae lo más que puede de tiempo cada vez que viene acá, siempre se queja que no puede andar desnudo porque hay mujeres en la casa, pero yo digo que es por su diminuta hombría - Sonrió mientras su madre reía y le llamaba la atención. - Estas en altavoz, ¡saluda ma!
- ¡Hola mis hijos adoptivos! - Leila no termino de saludar cuando una pareja de jóvenes gritó al móvil de benjamín - Su hijo sigue en malos pasos, ya dejo embarazadas a una docena de alumnas - bromeo uno de ellos - y entro al mundo de las drogas doña Leila - replico la otra chica.
- Pues lo de las chicas, ya era hora de algún nieto, solo él hace falta, y no me gustaría que piensen que mi hijo batea del lado contrario - afirmo con preocupación - según la psicología tiene todas las características, pero, como sé que no es así, aparentemente - haciendo gestos de comillas.
-Qué vergüenza, hasta tu madre duda, no sé qué es peor - exclamo Denise
- Yo sí sé que es peor hermanita, dejar ir al amor de tu vida por una beca - confeso nathan - En ese momento Benjamín le lanzo una mirada de odio a nathan, nadie más que Luis, él y nathan sabían. - Pero como no es tu caso, no sé qué es peor - termino de añadir nathan.
- Bueno madre, ya es hora de que nosotros 3 nos vayamos al apartamento, además de hablar de algo muy serio con Nathan sobre una materia - contestaba benjamín mientras Denise tarareaba la marcha imperial en signo de burla a su hermano mellizo y salía de la biblioteca de la universidad, mientras que Nathan se tornaba en un color rojo, ya sabía lo que venía por meter la pata, aunque Leila de la Cruz no le preguntara en ese instante a su hijo mayor de cual amor se trataba, tarde o temprano le tendría que dar alguna explicación sobre el comentario en vida que hizo Nathan. Ese amor que aún no olvidaba y que en parte ella era la culpable que no pudiera solidificarse.
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Siempre te amare.
Romance¿Qué hacer cuando de un día para otro tu mundo se desploma?, ¿Como reaccionar ante la desesperanza y la despedida del amor de tu vida? Amalia Orellana, joven de 20 años, cruzando sus últimos años en la Universidad, se ve ante la desesperanza y el ab...