Benjamín no contesto nada, el silencio que había en la comunicación de ambos podía ser cortado con el viento. Cuando quiso hablar Luis le corto la palabra
- Solo te advertiré algo benjamín – Luis acerco su boca completamente al micrófono, como si no quisiera que nada ni nadie le oyese la advertencia – óyeme bien cabrón – ella ha pasado por mucho, demasiado, la he visto llorar, sufrir, ha cambiado, no es la misma niñita a la que una vez abandonaste con el corazón roto y si algún día te dignas en volver, te darás cuenta del error que cometiste con ella.
- Volveré – benjamín trato de hablar sereno – y corregiré mi error –
- ¿la volverás a llamar? – Luis le pregunto con ironía.
- Sí, porque, ¿te opondrás? – contesto a la defensiva. En el pasado a Luis le hubiese encantando que benjamín buscara a Amalia, pero prefirió su carrera, no lo juzgaba, pero la manera que la trato antes de irse, solo al recordarlo le hervía la sangre, solo la quería proteger, no quería verla llorar, y menos por él
- Sí, lo haré – dijo con valor
El silencio volvió a reinar en la llamada, ninguno decía nada, aunque ambos tenían tanto por decir, antiguos amigos que ahora eran unos completos desconocidos.
- ¿sigues ahí? - benjamín pregunto con inseguridad
- a los 2 meses cuando te fuiste - contesto mientras contenía la respiración - su abuela falleció – agregó – La señora que le limpio las lágrimas al igual que yo, la abandono, y no porque ella lo deseara así. ¿y sabes que fue lo peor? dijo sosteniendo el teléfono con rabia - te necesito y no estuviste. ¡Una maldita llamada hubiese bastado!
- No fue mi culpa. - menciono a manera de disculpa benjamín, casi como un murmuro.
- Sí, no fue tu culpa que ella muriera, seré un mujeriego pero no un imbécil, sé que es el proceso natural de la vida; Naces, creces, te reproduces y te mueres. Sin embargo ella te necesitaba, ella siempre te apoyo en todo y lo que tú hiciste fue todo lo contrario. No te molestes en preguntar si sigo enamorado de ella – dijo con serenidad – No, no la quiero, la amo, es tanto mi amor por ella, que si la veo otra vez derrumbarse, no sé si ella sea capaz de levantarse. Por eso la cuido como la más preciosa flor del mejor jardín de todo el universo. Y si le vuelve a pasar, ten por seguro que me la llevare a un lugar donde nunca puedas contactarla.
- Sé que me amas querido. - Amalia entro al salón de clases como que hubiese escuchado nada, la verdad era que solo aparento que había escuchado el amor que Luis le profesaba - ¿Quién es?
- No sé, se quedó sin habla cuando le hable, ¿quieres probar si te habla a ti? – Luis contenía el sarcasmo mientras entregaba el auricular a Amalia
- Probemos - Amalia se posiciono el auricular, conteniendo la respiración tratando de disimular su enojo y frustración - ¿Disculpe, pero tengo una llamada que usted realizo la noche de ayer a mi número de teléfono? – ella lo miro con una sonrisa de complicidad y él correspondió.
A benjamín por otro lado se le hacia el mundo un infierno, no pudo gesticular nada, hasta que pensó en el beneficio de tener cambios de voz, y con ello trato de imitar la voz más ronca que pudo.
- Señorita, disculpe pero creo que tiene razón, me equivoque de numero – benjamín estaba nervioso, y aunque se le notaba, Amalia no quiso torturarlo, no por falta de ganas, si no por falta de valor. Quería gritarle, pero ya llegaría el momento y el lugar.
- No tenga cuidado, a todos nos pasa – con calma Amalia le respondió – espero de todo corazón que pueda dar con la persona que busca – con una sonrisa en los labios culmino la conversación y colgó el teléfono.
Al otro lado, benjamín no daba crédito a lo que acababa de pasar. Pudo hablar con Amalia, con su Amalia. Rememorando el momento más feliz de su existencia
- Te amo, ¿acaso no lo notas? – benjamín se acercó despacio a ella, y la sintió, sintió sus labios, con sabor a fresa, tocar su cintura y acariciar su rostro. Sentir su calor, el olor a vainilla de su perfume, el olor a manzana de su cabello suelto. Yo también – musitó, ella misma se sorprendió al corresponderle, aunque ya sabía la verdad, pero no quería dejar ir ese momento, el momento que más había añorado. – más que mi propia vida – y se fundieron en un profundo abrazo mientras lágrimas de dolor resbalaban por sus mejillas
Benjamín volvió a la realidad, la sonrisa que hacía que sus hoyuelos resaltaran se habían eliminado al volver a la cruel realidad que le había dejado entre ver Luis. Sin decir nada más, se subió su coche y se dirigió a su apartamento, a la soledad de su vida que había provocado al dejar a la luz que lo acompañaba.
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Amalia no dijo nada al cortar la llamada, simplemente dio la vuelta y abrazo a su mejor amigo.
- Gracias, gracias por cuidar a esta torpe flor de tu inmenso jardín – Amalia se acercó sonriente, a pesar saber quién era el de la llamada – quiero que sepas que eres lo mejor que pudo ocurrirle a mi vida, y que daría lo que fuera por verte feliz.
- ¿puedo pedir un deseo? – dijo mientras hacía un puchero.
- El que tú quieras – Amalia reía al verlo en una posición tan infantil
Luis se posiciono en frente de ella, tomándole los hombros y mirándole directamente a los ojos – se feliz, no dejes que nadie te diga que no puedes avanzar, que no lograras lo que te propones, prométeme eso, y seré feliz, tanto que procurare ser fiel a la única novia que tenga.
Amalia se sorprendió al escucharlo hablar con tanta seriedad, sus dudas se disiparon, benjamín era el que había llamado. – Lo prometo, y nuevamente, gracias – después se dieron un abrazo y él le dio un beso en la frente, se despidieron y cada uno tomo un rumbo distinto para cumplir sus obligaciones.
¿QUE CREEN QUE PASARA EN EL SIGUIENTE CAPITULO? ¿BENJAMÍN LOGRARA CUMPLIR SU PROMESA? ¿PORQUE AMALIA NO QUIZO ENFRENTAR A BENJAMÍN ESE MOMENTO? NO SE PIERDAN ESTA LINDA HISTORIA
NO OLVIDEN VOTAR POR ESTA HISTORIA
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Siempre te amare.
Romance¿Qué hacer cuando de un día para otro tu mundo se desploma?, ¿Como reaccionar ante la desesperanza y la despedida del amor de tu vida? Amalia Orellana, joven de 20 años, cruzando sus últimos años en la Universidad, se ve ante la desesperanza y el ab...