Fogerst

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-¡No aprietes!- grité. Mi madre resopló y siguió vendándome mis doloridos nudillos.

-Estoy cansada de que te metas en peleas _____- dijo. La mire a los ojos.

-Solo intento defenderme mamá - le explique. Ella negó con la cabeza.

-Algún día te pasará algo peor que heridas en los nudillos y moratones en la cara- dijo. Suspiré, aquello ya lo sabía, ¿Acaso no era obvio? Los Black Ghosts siempre habían sido mucho más fuertes que nosotros, se pasaban la vida entrenando para peleas, mientras que nosotros nos centrábamos más en los estudios y en nuestra inteligencia.

Simplemente no podía soportar que se metiesen con nuestra sociedad y nuestra forma de vivir. Aquellos inútiles no tenían ningún futuro en la vida y de vez en cuando había que recordárselo, lo que me propinaba algunos golpes de más.

Mi padre abrió la puerta de casa, enfadado. Supuse que ya se había corrido la voz de mi pelea.

-¿¡Cómo has podido!?- gritó, sobresaltándonos a mi madre y a mi.

-Papá, ellos me atacaron primero- justifiqué con rapidez. El se cruzó de brazos.

-¡Solo tienes que evitarlos! ¡No meterte en una pelea! ¡Así estás estropeando nuestra reputación!- dijo, mientras daba un golpe en la mesa. Le mire durante unos segundos, con cierta incredulidad, ¿nuestra reputación? Querrá decir; su reputación.
Note como mi pecho se oprimía y aparté la mirada. Era incapaz de pensar en alguien más que no fuese el mismo, y a veces tenía demasiadas ganas de echárselo en cara, pero siempre estaba al lado mi madre, suplicándome con la mirada que no dijese nada; como en aquel momento.

Suspiré.

-Lo siento, no volverá a ocurrir- dije, sin mirarle a los ojos.

-Vete a tu habitación, ¡Ahora!- gritó  amenazante. Me levanté en silencio y subí a mi habitación sin ganas. Cuando entre cerré la puerta con cerrojo ya que no estaba dispuesta a ver más a mis padres, era suficiente por hoy. 

Caminé lentamente hasta el baño y me mire al espejo, tenía un par de golpes, aún rojos en la mejilla y una pequeña brecha en la ceja. No me sentía mal por verme así, me sentía mal porque a pesar de mi horrible aspecto, mi padre ni siquiera había tenido la decencia de preguntarme si me encontraba bien, no le había importado lo más mínimo. Y a pesar de que ya estaba acostumbrada a aquel tipo de gestos por su parte, seguía doliendo.
Me la cure con cuidado, ya que por culpa de el, mi madre no había tenido tiempo de acabar, y cogí mi móvil, para después marcar a Derek. El era mi mejor amigo, el único ser en la tierra que me pedía explicaciones, que me apoyaba e intentaba comprenderme. El único que no me juzgaba antes de escucharme.

-¿Diga?- respondió con voz ronca.

-Idiota, ¿Cómo estás?- pregunté mientras me tiraba a la cama.

-No, no ¿Cómo estás tú?- preguntó, cambiando por completo su tono de voz. Rodé los ojos.

-Oh, ya te enteraste...- murmuré resoplando.

-¿Como se te ocurre ir allí?- dijo enfadado, por lo que no pude evitar sonreír, el lo preguntaba de verdad, quería saberlo, no era una acusación.

-En realidad, tiene una explicación bastante lógica - admití, esperando a su respuesta, que era exactamente la que me esperaba .

-Tengo tiempo- contestó.

Flash-Back

-Adios mi niña- se despidió mi tía.

-Adios tía, vendré a verte pronto- dije sonriendo y despidiéndome con la mano, mientras me metía en el coche.

I Hate You, My Love. (Zayn Malik&_____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora