Estoy nuevamente entre cuatro paredes, sola, con mi jugo de naranja y escuchando como los carros pasan por la avenida.
Estoy nuevamente aceptando que tus alas ya sanaron y otra vez estás volando lejos de mi.
Estoy esperando a ver de nuevo tus mensajes en mis notificaciones y yo saltar de emoción como una niña pequeña cuando le van a comprar un globo.
Quisiera saber si por lo menos alguna vez en mi vida, las veces que te he pensado tú también lo haces.
Y
es que
no dejo de pensar que la curvatura que tienen tus labios encajarían de una manera perfecta con los míos.
Me imagino mis dedos enredándose poco a poco con tu cabellera, mientras el sueño te va consumiendo y al despertar puedas verme y abrazarme tan fuerte como si de eso dependiera vivir.
Quiero que me quieras, que me ames, que te consumas ante mí.
Que todo lo que te entregué lo valorarás y cuando me veas en mis días grises no corrieras y huyeras de mi solo porque no sabes que hacer.
Me haces bien.
Me haces feliz.
Me haces querer ser destruida de una forma lenta y bonita.