Mundo

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Y es que entre tantas moléculas, congenitar es una odisea.
Instantáneamente los planetas de mi galaxia eclosionaron en pequeñas partículas desde la primera vez que escuche tu risa; y estás nuevamente me trajeron a la vida.
Me hiciste nacer.

Indagas en este templo lleno de simples sacos de carne putrefacta y huesos.
Y así, cuando terminas de rondar por cada rincón de mí, te aguardas en el centro de mi pecho.  
Me es necesario ese lugar cálido, para tenerte a salvó.

Tu llegada fue como si andrómeda chocará con la via láctea y con esto se creará algo hermoso e indescifrable.
Y yo, solo percibía como mi cielo ya no era totalmente oscuro, sino que ahora lo adornaba una eminente lluvia de estrellas. 
Te confiezo, mi dulce catastrofe, que esa noche a cada estrella fugaz le pedía poder ser eternos.
El que te alejes, es sinónimo de ser absorbida por un gran agujero negro; Donde el tiempo no transcurre y la muerte no llega.
Estoy impregnada de tí.
De tus palabras, tus chistes, tus canciones, tus sueños.
Este universo ya no es solamente mío, también es tuyo.
Por lo tanto termine siendo más tuya, que mía.
Si se tratara de definir dónde se encuentra mi hogar, diría que esta en cualquier planeta, galaxia o multiuniverso existente. Siempre y cuando seas tú quien abra la puerta.
Entonces con palabras vanas e infimas hoy por hoy te digo...
Eres mi mundo.

Escritos al aíre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora