Otra vez tú.
No entiendo que es lo que causas en mi mente cada vez que apareces en mi vida.
No entiendo como es que te vas y vuelves y yo permito que indages las veces que quieras en mi alma.
No entiendo porque me eres tan irresistible.
No entiendo porque hasta la cosa más obvia haces que quiera preguntartela "¿Qué es honor?".
No entiendo el porque rompen tus alas, y cada vez que lo hacen cuesta demasiado volver a coserlas.
No entiendo porque no me crees cuando te digo que para mi eres alguien fuerte.
No entiendo porque a la gente le gusta atacarte. Incluso, no entiendo porque les crees a esas mismas personas.
No entiendo porque las personas que si pueden tenerte, no te aman con la misma intensidad en la cual tu lo haces. Y el porque yo no he podido dejar de hacerlo.
No entiendo porque mis escritos siempre terminan siendo para ti.
No entiendo porque aún conservo esas cartas que escribí para ti cuando llegaramos a vernos. Y tampoco entiendo porque sigo con la esperanza de encontrarnos.
No entiendo porque cuando iba a la central de autobuses no tome un boleto que me llevara a tu ciudad. Quizás fue por miedo.
¿Qué es lo que haz hecho conmigo? ¿Cómo se rompe el hechizo para que estés al menos una noche aquí?
¿Porqué soy tan inmune a ti? ¿Porqué te he llegado a considerar el amor de mi vida?
Supongo que es esto a lo cual los humanos llamamos amor, a pesar de que ese amor sea totalmente diferente uno del otro.
Supongo que siempre estarás en ese órgano que se encuentra en la parte izquierda de mi cuerpo entre uno de mis pulmones y mis costillas.