Hogar

Slyhterin

La casa de Salazar Slyhterin. La que nadie apreciaba por la mala fama de sus alumnos, la que nadie quería, la casa a la que, según se escuchaba entre los alumnos, habían pertenecido todos los magos tenebrosos. El lugar de los ambiciosos, egoístas y malvados.

Cuando escuchó el nombre de aquella casa, Jimin se estremeció en el taburete colocado frente a las cuatro grandes mesas. Si su rostro no hubiera estado cubierto por el sombrero raído que le tapaba casi hasta la boca, muchos habrían podido ver sus facciones que no expresaban otra cosa que un profundo miedo.

―Todas menos Slytherin―había dicho Taehyung retorciendo la boca cuando Jungkook le había preguntado a qué casa quería ir―. Escuché a otros chicos decir que nadie que quiera ser tenido como una persona de bien desearía estar en esa casa. Además, también oí que esos tipos desprecian a los magos que tienen padres muggles.

―Eso es del siglo pasado, Taehyung, en estos tiempos a nadie le importa quiénes sean tus padres siempre y cuando demuestres ser un mago excepcional. Yo pienso que Slytherin no está tan mal ―respondió Jungkook mientras devoraba la séptima rana de chocolate. Una ligera lluvia se dejaba ver a través de la ventana del tren que avanzaba a toda velocidad a través de las montañas―. Por lo menos no es Hufflepuff.

―Pero nos dijiste que tu hermano es de Hufflepuff, ¿no es así? ―preguntó Jimin preocupado. Había investigado en las vacaciones porque no quería llegar al colegio en la total ignorancia; en algunos libros se mencionaba que Hogwarts dividía a sus alumnos en cuatro casas según sus personalidades. Jimin esperaba poder entrar a Gryffindor o Hufflepuff. Ravenclaw no sonaba tan mal, aunque no se consideraba tan inteligente para entrar. Slytherin definitivamente no era una opción.

―Precisamente por eso odiaría estar ahí. No me quiero imaginar a Seokjin persiguiéndome por todos lados para preguntarme si ya tomé el desayuno.

―Yo estaría feliz si alguien me persigue para darme el desayuno ―Taehyung se veía bastante entusiasmado con todos los dulces mágicos, incluso después de haber probado una grajea sabor mugre. En ese momento comía un caldero de chocolate como si no hubiera probado bocado en meses―. Me pregunto qué clase de comida servirán en Hogwarts.

Jimin no tenía la menor intención de comer nada en absoluto. Su estómago parecía tener un torbellino adentro por lo que estaba haciendo un gran esfuerzo para no correr a vomitar al baño más cercano. Por fin iba a cumplir su sueño, iba a aprender magia como su padre. Miró a sus dos nuevos amigos que charlaban animadamente mientras disfrutaban de los dulces y no pudo evitar sonreír un poco; debía admitir que había tenido mucho miedo al entrar al compartimiento y preguntar si se podía sentar ahí. Nunca antes había conocido y mucho menos hablado con otra persona con habilidades mágicas, a excepción de su padre, y temía no encajar. Sin embargo desde el primer minuto se dio cuenta que Taehyung y Jungkook eran personas agradables y ese temor se disipó un poco. Ahora sólo quedaban los nervios de llegar al colegio.

Jimin avanzó hacia la mesa que estaba en uno de los extremos del Gran Comedor. Las piernas le temblaban como nunca y, mientras escuchaba los aplausos de sus ahora nuevos compañeros de casa, no pudo evitar sentir que las cosas no estaban marchando bien, que él no debería estar ahí. Al sentarse, algunos chicos le preguntaron su nombre y otras cosas que Jimin contestó en automático, como si estuviera en un sueño. Buscó en las otras mesas a Jungkook y Taehyung que habían sido seleccionados en Gryffindor y Ravenclaw respectivamente. El primero le dirigía miradas un tanto cohibidas a sus compañeros de mesa mientras que Taehyung platicaba animadamente con los otros miembros de su casa.

Era una verdadera lástima que no quedaran juntos, pero una parte de Jimin se alegró de que los tres estuvieran en casas separadas. Se sentiría muy solo si sus dos nuevos amigos hubieran tenido mucho tiempo para estar juntos mientras a él lo dejaban a un lado. Echó un vistazo a la mesa en la que estaba sentado y observó a los alumnos. Algunos platicaban sobre sus vacaciones mientras otros devoraban la cena que ya había aparecido en sus platos. Unos cuantos le dirigieron miradas escrutadoras mientras pero también algunos le sonrieron. En realidad, a primera vista, no parecían diferentes a los chicos de las otras casas. Suspiró y tomó una decisión: le daría una oportunidad a Slytherin a pesar de su mala fama, al fin y al cabo tendría que pasar siete años de su vida ahí.

Tomó sus cubiertos y se dispuso a comer. Mientrasse servía pastel de calabaza sintió que alguien lo miraba, levantó la cabezahacia el otro extremo de la mesa donde se encontró con unos ojos de gato quepertenecían a un rostro pálido y hermoso. Sostuvo la mirada y el otro chico noapartó la vista así que sonrió como su primer intento de hacer algún amigoSlytherin. En otro chico no sonrió de vuelta. 

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¡Hola!

Desde hace tiempo tenía ganas de escribir una historia Yoonmin Hogwarts AU, pues me parece que así puedo unir lo mejor de ambos mundos. 

Sinceramente no tengo mucha idea de cómo va a desarrollarse esto así que espero que todo acabe bien. Por lo mientras les aviso que se vienen algunos capítulos que van a ser como una pequeña introducción así que no se desesperan. 

Hace muchísimo que no escribía así que les pido que me tengan paciencia respecto a dos cosas:

1. Una disculpa anticipada por mis errores gramaticales y las palabras repetidas (suelo hacer mucho eso cuando escribo).

2. Seguramente tardaré en actualizar porque soy muy lenta y a veces no me dan ganas de escribir.

Intentaré que los capítulos sean cortitos pero se me da mucho escribir y escribir sin parar así que no prometo nada.

¡Gracias por leerme! :3