Capitulo 62por parte de Raymond.

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Por parte de Raymond -

No podía ser. Ella esta viva.

Yo, no pude ser.

- senor tiene que quedarse aquí - me ordenó la enfermera. Lo miré enojado y ella se alejó un poco. Mis ojos jamas fallaban. Josh se fué porque dijo que lo vendrían a buscar ya que, no maté a Daemon. ¿Como demonios pudo pasar? ¡Fallé! ¡Fallé un puto tiro! Y el solo salió herido, no muerto. Una parte minúscula de mí se alegró. Pero cuando el sonido del estúpido aparato ese que mide el ritmo cardiaco sonaba cada ves menos del corazón de Mackenna,lo quería mutilar. Literalmente.

No puede estar muerta. Fuimos a tiempo. Salimos a tiempo. ¿Por que todo en Oregon es tan tardado? Caminaba de un lado a otro convenciéndome de que llegamos a tiempo. Su cara, no fué la que yo ví hace un mes y medio. Sus ojos ya no tenían vída cuando la ví, su cara estaba mas pálida, sus mejillas no tenían ese color rosado como cuando le digo algo que la incomoda, esos labios ya no estaban carnosos y rosados, sus pestañas parecían haber perdido el efecto encantador, estaba llena de moretones, golpeada y con una bala en la pierna. Y por el charco de sangre en el asfalto, duró mucho tiempo ahí. Sin que nadie la ayudara.

¡Joder! Golpeé la pared y me importó muy poco el dolor. La bla que me dió en el hombro punzó.

Esto lo sintió Mackenna ¡cien veces peor!, pensé. Sacudí mi cabeza y miré el teléfono. Se supone que Jack llegaría hoy como a esta puta hora. Sin embargo, no esta aquí.

Probablemente le tuvo que inventar una excusa a la rubia amiga de Mackenna, ya que le dije estrictamente que no le dijera a nadie.

La enfermera salió del cuarto con unos papeles en mano. Corrí hacia ella y evitó mirarme.

- ¿puedo verla? ¿Se despertó? - pregunté rápidamente sin parar a para preguntarle y esperar una maldita respuesta. Llegué al cuarto y ella aún no había abierto los ojos.

- ella...

- lose, esperaré afuera. Despertará pronto ¿cierto? - le interrumpí.

No me quería separar de ella pero las viejas de aquí son bien testarudas.

- no es eso, señor Crawford. - me dijo. Me miró tristemente y forzó una sonrisa triste. - ella murió. - finalizó. La sonrisa juguetona que traía en la cara, se me borró instanteanamente.

¡No!

Jack llegó a la puerta y yo le daba la espalda.

- ¿que pasa, amor? - preguntó la voz de la rubia. Me importó muy poco.

Mis piernas se sintieron débiles y caí al suelo de rodillas. Me tapé los ojos con las manos y obligué al dolor a irse. No me importó la bala en mi hombro. Sentía un vacío en mi interior que no se quitaría con nada. El dolor que sentí, fue inimaginable y violentamente doloroso. Una opresión en mi pecho que quería que me quitaran de encima. Eso fué lo que sentí.

Lagrimas me salían de los ojos.

¡NOOO!

Fuí a su cuerpo y ahuequé cada lado de su cara.

- ¡escúchame! - le grité - ¡no estás muerta! ¿Entiendes? Tu...¡lo prometiste! ¿Recuerdas cuando estábamos en la cama apunto de dormir? tu me decías lo estúpido que era, sin embargo me prometiste que jamás te irías.... ¡Lo hiciste! ¡Ahora! ¡Vuelve a mí! ¡No has terminado la pulsera! - agregué. Estaba herido.

- Raymond - susurró Jack. Por algún motivo, la rubia se acercó y me agarró el hombro bueno. No le hice caso. Las lagrimas se desbordaban por mis ojos y traté de reprimirlas.

¿Inolvidable? |temporada 2| COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora