NO SE LE MIENTE AL AMOR

CAPÍTULO 1

NO SE LE MIENTE AL AMOR

Cap. 1

Peter Trenton se apoyó en la barra, le daba la espalda a la gran mayoría de sus supuestos amigos; había llegado a Nueva York hacía dos días, procedente de Stuttgart Alemania y de inmediato habían caído sobre él, toda una parranda de hipócritas y vividores de la peor ralea, y que además, se hacían llamara sus amigos.

Antes, la presencia de Mario Gilmore en la ciudad, le daba verdadero sentido a sus visitas; pero aquel se había enamorado, se había casado y había terminado yéndose a vivir a Filadelfia; al mismo lugar y a pertenecer a la misma familia a la que él pertenecía a través de su hermano mayor Steve Trenton.

-hey Pet ¿viste quien acaba de llegar? – le dijo uno de aquellos que decían llamarse sus amigos – es Katty Lane; mírala, está como quiere, y según dicen las chicas, muere por tenerte entre sus piernas

Peter vio al chico que le hablaba y luego sin prestarle atención, se volvió hacia la joven que le mostraban, solo para percatarse que la joven no le quitaba la vista de encima ¿sería por su cuerpo o por su dinero? Se preguntó con sarcasmo ¿a él que le importaba que quisiera que se metiera entre sus piernas?

Estaba arto de esa vida tan falsa y su hermano no ayudaba; no hacía otra cosa que hablarle de la maravillosa familia que tenía; iba para cinco años de matrimonio con la hermosa Valery y ya tenían dos preciosos hijos, a los que veía en cada visita y mimaba con todo lo que le daba la gana.

Siempre que iba a Filadelfia, disfrutaba enormemente en compañía de la gran familia, no se podía mentir, era mucho lo que le agradaban esas ocasiones; pero luego huía como el cobarde que era, en busca de otros rumbos y de amasar más fortuna.

Pero ahora, en el piso de soltero de uno de sus tantos amigos, de quien no recordaba ni el nombre; en una fiesta que cada vez le parecía más aburrida que nada que hubiera experimentado; se sintió más impelido a tomarse un tiempo y apartarse de todo eso; tal vez era hora de pasar una larga temporada en compañía de su hermano en Filadelfia.

Se bebió el contenido de su copa de un solo trago, y justo cuando se volvía, se encontró con la chica de la que le estaban hablando; era una morena bien dotada y tal como le gustaban, de su edad. La joven le pasó una mano sobre el pecho, y sin dejarle opción le dio un seductor beso en la boca; Peter le sonrió sin emoción, y tomándola de la mano, se la llevó de allí.

Por la mañana, luego de una noche como muchas otras, sin nada que la hiciera más interesante, Peter salió de la habitación de hotel donde se había quedado con la chica de la fiesta ¿Cómo se llamaba? ¿Kelly... o era Karla...? Tal vez era Kandi. En fin, no le importaba; buscó su auto, fue al piso de Mario por sus cosas y sin más demora, emprendió camino rumbo a Filadelfia.

Llegó cerca de dos horas después, había comprado varios obsequios para sus sobrinos y para los hijos de Mario y Sparkle, que también consideraba sus sobrinos, por la amistad que lo unía con él.

Se presentó en casa de su hermano de manera sorpresiva porque en esa ocasión, no tenía intención de quedarse solo en su piso; en esa ocasión quería convivir, compartir realmente con la familia de la que su hermano estaba tan orgulloso.

Su hermano y Valery se sorprendieron y alegraron a partes iguales cuando le vieron llegar, sin poderse creer que lo que tanto habían deseado, estuviera ocurriendo finalmente.

- ¡Peter! – Valery le abrazó con cariño sin ocultar su emoción - ¡estás aquí!

- sí, así es... estoy aquí... - dijo él sin saber que más decir