CAPÍTULO 11

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Cap. 11

Peter Trenton regresó a Filadelfia un tanto cansado y hambriento, pero no precisamente de comida; había pasado unos días infernales sin Monique y entonces se había dado cuenta que la joven se había instalado sin inconvenientes en su corazón, y lo había hecho para quedarse.

Solo estuvo en casa de su hermano, el tiempo suficiente para darse un baño y luego de estar convenientemente vestido, salió rumbo a la casa de Spencer; en el caminó telefoneo al abogado para pedirle que le dejara las llaves de la cabaña que tenían a las afueras de la ciudad; luego de asegurarse de tener un lugar sin testigos de lo que confesaría y son suerte, de lo que haría, continuó su camino hasta aparcar en el lugar donde encontraría a su chica.

Luego de ser recibido, preguntó dónde podía encontrar a Monique y le dijeron que la joven estaba en su habitación

- si gusta esperar, le avisaré que usted la busca, señor Trenton

- por favor – le respondió a la empleada y espero por lo que le pareció una eternidad, aunque solo fueron diez minutos

- ¡Peter!

- ¡hola cielo! – la recibió en sus brazos de inmediato, lo primero era probar sus labios nuevamente, ya tendría tiempo de decirle lo demás; la besó sin ocultar el hambre yal final le dijo – te extrañé como un loco

- también yo Peter – recibió el nuevo beso que el chico le diera y al final le dijo – Pet, tenemos que hablar – justo la frase más temida, Peter sin embargo pensó que ella quería escuchar de su propia boca, las explicaciones de su desaparición

- lo sé cielo; hablaremos, pero no aquí. Ven conmigo, iremos a un lugar dónde podremos hablar a gusto

Salieron de la casa Scott y a bordo del auto de Peter, se pusieron en camino. Peter no liberaba la mano de Monique, solo lo hacía para cambiar velocidades y mientras la sostenía, le hacia caricias circulares sobre la piel y de vez en cuando la acercaba a su boca para darle un suave beso.

En cuanto llegaron a la cabaña, que había sido testigo de muchos otros encuentros similares, no bien estuvieron en el interior, Peter tomó a Monique con desespero y la adhirió a su cuerpo besándola enloquecido

- de verdad cielo, no imaginas lo mucho que te extrañé – Monique lo escuchó y casi que sintió que no era necesario preguntar nada, lo sentía tan sincero, tan real, que pensó en solo disfrutar

- Pet, debemos hablar – insistió encontrando un respiro

- cielo, prometo que luego de que te bese a conciencia y vuelva a redescubrir tu cuerpo con mis manos, hablaremos – ella se sintió perdida al sentir sus caricias nuevamente, y decidió que bien podían esperar

- está bien; después de todo, también estaba loca por volver a verte

Guardo silencio cuando sintió los labios de Peter sobre uno de sus pechos por sobre la blusa y se abandonó por completo a sentir.

Peter la llevó a una de las habitaciones y la desnudó sin mucha ceremonia, cuando él estuvo en las mismas condiciones, la empujó a la cama dispuesto a llevarlos a ambos a las cimas del placer.

Era cierto que no era la primera vez que hacían el amor, pero a Peter le sabía igual que la primera vez, le resultaba increíblemente placentero y embriagador.

Cuando volvió a hundirse en su calidez estuvo a punto de precipitar el final; tuvo que quedarse quieto por cortos segundos y luego sí, incitado por ella, le dio rienda suelta a toda su pasión.

NO SE LE MIENTE AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora