CAPÍTULO 8

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Cap. 8

De regreso a casa, Monique se unió a Peter en la sala de estar, con una sonrisa, pero evitando al máximo verle o cruzar más de una frase referente al trabajo con él.

Sin embargo, Peter no dejaría estar nada, sin saber que estaba pensando Monique y porque había borrado las imágenes.

- ¿quieres ir a cenar conmigo esta noche? – ella se le quedó viendo; aún debía pensar en todo lo ocurrido

- lo lamento; hoy no me siento muy bien y estoy segura que no seré una buena compañía para nadie – y una voz en su interior le advirtió que él podría fácilmente, llamar a la mujer del mensaje, o peor, ir a buscarla

- ¿Qué ocurre? – preguntó con algo de provocación en su voz – ¿finalmente te diste cuenta que no te gusto como asegurabas? – ella se le quedó viendo detenidamente y a punto estuvo de caer en la trampa

- ahora que lo pienso un poco mejor, creo que tienes razón; al fin y al cabo, solo tengo veintiuno y no son muy confiables mis sentimientos

- bien; eso me alegra y de tranquiliza a partes iguales – se levantó y agregó – con lo que vi de esos informes tengo suficiente, te veo después

Peter se fue y Monique se dijo que debía pensar rápidamente en lo que estaba haciendo, porque lo último que quería era alejarlo y retroceder todo el camino ganado; eso si que no lo haría.

Durante algunos días no se vieron, ninguno parecía querer buscarse. Pero ese día, partían para Texas y se encontraron en el hangar del aeropuerto privado, listos para subir al jet del consorcio.

-¡Hola Peter! Me encanta verte, luces bien – él se quedó viéndola con seriedad, de ninguna manera le permitiría saber, como le había afectado su ausencia

- Monique... - fue muy escueto – ¿nos vamos?

- para eso estamos aquí ¿no? ¿Por qué tan serio? Si no deseabas este viaje, lo hubieras podido decir; no hubiera tenido inconvenientes en hacerlo sola

El la vio a los ojos buscando entenderla, pero entonces lo distrajo el que ella se sacara el abrigo, quedándose solamente con un vestido que le daba a medio muslo; sintió su sangre acelerar su recorrido y todo empeoró cuando ella se sentó y el vestido se subió solo un poco más; entonces ella cruzó una pierna sobre la otra y Peter tuvo que levantarse para ir por un trago.

Regresó a su silla y tomó una revista poniéndola frente a sus ojos, sin intentar ocultar que se proponía dejar de verla; sin embargo, luego de unos minutos, la sintió levantarse y tuvo que apartar la revista, justo para verla ir a servirse un poco de vino.

Con la copa en su mano, Monique regresó a su silla viendo insistentemente al hombre que la contemplaba hambriento; bebió un poco de su copa y a propósito dejó que un par de gotas resbalasen de sus labios para luego intentar detenerlas con su lengua.

Peter sintió como su cuerpo se endurecía y se levantó como un rayo; se acercó y poniéndose de rodillas ante ella, la atrajo y unió sus bocas con desesperación; la besó sin ocultar su deseo, después de todo, ella lo provocaba para que él la tratara como si fueran a hacer el amor al segundo siguiente.

- eres cruel Monique; no logro entender porque me haces esto. Me coqueteas, me provocas, me seduces; aun sabiendo que no puedo hundirme en tu cuerpo como quisiera – ella lo vio a los ojos con tanto deseo, que Peter volvió a besarla y luego la liberó, sin muchas ganas

- tienes razón Peter. Por eso quise alejarme; me daba miedo seguir haciendo lo que hago y lograr alejarte definitivamente de mi

- no tienes que alejarte de mi Monique; no lo hagas

NO SE LE MIENTE AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora