여덟

1.7K 130 6
                                    


Al salir de la enfermería tenía un parche de gaza y vendas alrededor de mi rodilla, por suerte podía caminar perfectamente, apenas sentía un pequeño tirón pero DoYoung había insistido en que caminara despacio. Luego de caminar un rato bajo la mirada de todos, mi amigo se ofreció a ir por nuestras cosas al laboratorio de Química, pues dudo que alguien las halla tomado.

Me saque la bata y tome asiento en una de las largas sillas de plástico que habían en el pasillo. Mientras esperaba a Doyoung pude ver a alguien más acercándose rápidamente hacia mi, apenas pude distinguirlo por el canto externo de mi ojo por lo que no le di mucha atención.

— _____?, Dios que te ha pasado en la rodilla?

Mi mirada fue dirigida al chico que hablaba a mis espaldas, era JungWoo y sus lindos ojos mirándome con preocupación. Me puse de pie para saludarlo debidamente pero sus manos fueron a mis hombros cuando me acerqué a besar su mejilla. Sus manos se sentían temblorosas al tocar mis hombros desnudos.

— No, no, quédate ahí, no quiero que te hagas más daño – dijo con una sonrisa nerviosa, tomó asiento junto a mi y yo le devolví el gesto – Dime, que sucedió?

— Un amigo dejó caer un vaso precipitado y se rompió, así que resbalé con los restos y caí sobre uno de ellos – señalé mi rodilla, el castaño parecía estar en shock mientras veía mis piernas descubiertas.

— Auch!, lo siento, parece muy doloroso – reí

— Si que lo fue – esta vez fui yo quien miraba mis piernas, por alguna razón me era imposible mantener la mirada de JungWoo sobre la mía hasta que llegó alguien más.

— Hey amigo, no la mires mucho o se espantará – escuche a Doyoung a mi lado, sus ojos estaban clavados en el chico de Daegu sin expresión alguna aunque una pequeña risa de su parte intentara ocultar la tensión, mi otro amigo también lo miro por unos instantes pero extendió su mano con la intención de presentarse.

— Doyoung, el es JungWoo, viene de intercambio desde Daegu, no es genial? – hable, una de mis manos fue a la mejilla izquierda de Jung y la apreté suavemente, haciendo que el sonriera, que tierno.

— Si, no sabía que hacían intercambios nacionales – dijo esta vez el pelinegro – Por cuánto tiempo estarás aquí?

— Un año – respondió, pero esta vez su mirada no iba dirigida a Doyoung, sus ojos solo iban a mi.

— Un año – respondió, pero esta vez su mirada no iba dirigida a Doyoung, sus ojos solo iban a mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Flame | Kim JungWoo [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora