아홉

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Habíamos llegado a la cafetería del señor Kim, el padre de Doyoung, de vez en cuando trabajaba allí por ganar un poco de dinero ya que papá insistía en que debía ser un poco más independiente con mis caprichos.

Mi amigo y yo caminamos directo a la barra en cuanto llegamos, Justo allí se encontraba su padre dejando algunas servilletas y saleros nuevos. Apenas se giró puedo vernos y nos recibió con la misma sonrisa de mi amigo.

— Hey _____ – saludó el hombre, todos allí lo conocían por ser tan fresco y amable además de ser el dueño – Como están tus padres?

— Están bien, acaban de regresar – dije con una sonrisa contagiada por el señor – Pero no estarán aquí por mucho tiempo – Vi como Doyoung ponía su atención en mi al igual que su padre, parecían estar interesados de él por que mis padres querían regresar a America – Tienen un nuevo proyecto allí.

— Oh ya veo, pero...tu estarás aquí, no es así? – El pelinegro agarró mi mano luego de escuchar a su padre. Empezó a acariciar mis nudillos esperando mi respuesta – Digo, si regresas a America mi hijo quedará soltero de por vida.

Cubrí mi boca para ocultar mi sorpresa. Mentiría si dijera que mis mejillas no estuvieron a punto de explotar al igual que las orejas del chico. Percibí como la mano que agarraba la mía empezaba a sudar así que rápidamente la apartó y se limpió con la tela de sus jeans. Una leve risita se escapo de mis labios y vi como Doyoung no paraba de mirarme.

— No lo haré, señor Kim – escuche una respiración pesada a mi lado, Doyoung había estado reteniendo el aire.

— Eso es grandioso – susurro el muchacho apenas audible – hmmm...papá podrías...

— Oh claro, los dejó solos – dijo finalmente para irse.

Me acomode un poco más sobre la alta silla y removí un poco mi blusa la cual se había subido a la altura de mis hombros. No pasaron dos segundos cuando noté los negros ojos de Doyoung mirarme atentamente sin decir ninguna palabra, debo admitir que me gusta este tipo de actitud en él, es decir, a quien no le gusta ser observada por un chico guapo.

Porque si, Kim Doyoung era uno de esos chicos guapos pero a la vez listos e irrelevantes, parece ser que a nadie en la universidad o la facultad quisiera tener una cita con él. Sus labios son delineados y de una forma tan exquisita que podrías mirarlos por horas; era alto y algo atlético pero lo que más encantaría a cualquier persona seria su sonrisa y la forma en la que se ocupa de cualquier cosa. Definitivamente Doyoung era un buen partido para cualquier chica, en mi caso ocasionaría  lamento haber desperdiciado ciertas oportunidades. ¿Y si le gusto?

— __ – escuche su voz llamando mi apodo y haciendo que despertara de mi ensoñacion. Relamió sus labios y vi como acercaba su mano a mi cuello para apartar el cabello que se encontraba sobre mis hombros, haciendo que sus dedos acariciaran ligeramente mi clavícula derecha.

— Si, Doyoung?

— Recuerdas la noche de fin de año?

— Recuerdas la noche de fin de año?

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Flame | Kim JungWoo [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora