Un día soleado, sin viento, ni una nube en el cielo, un día perfecto para que Johana empiece su primer día de clases. ¿Por qué primer día? por que Johana tubo una nueva oportunidad, sus padres pudieron cambiarla a una nueva escuela. Para Johana, es un regalo, una bendición, estaba harta de sufrir y sentir esas cosas que sentía cada día gracias a esas estúpidas personas que la maltrataban. Levantarse temprano, arreglarse bien, desayunar algo saludable y estar contenta no era algo que Johana este acostumbrada a hacer, o sentir.
Cuando se fue, imaginó un montón de cosas buenas, sabía que iba a haber algunas cosas no tan buenas, pero eso no le preocupaba en ese momento, era feliz, por primera vez, después de tantos años.
Llegó, se encontró diferentes tipos de personas, Johana en ese momento se quedó helada, pensó que alguien la miraba y se dio la vuelta, encontró a un chico de ojos grises que enamoran, alto con cabello enrulado castaño, suficientemente desprolijo y prolijo a la vez, que la miraba sonriente.
X: Hola, tu eres la chica nueva, ¿verdad?
J: Johana, un gusto, tu eres......
X: Me llamo Marcos, el gusto es todo mío.
Parecía un chico simpático, con una sonrisa perfecta, Johana empezó a conocerlo, y Marcos a ella. Por ahora todo iba mejor que en la otra escuela, por ahora.
M: Y.... ¿ya conociste bien la escuela?
J: Si, pero tengo una duda
*Quiero asegurarme esta vez, pero con calma* Pensó Johana.
J: Hay grupos así como de......
M: ¿Gente dividida en grupos?
J: Así es.
M: No, por suerte no, no como en tu otra escuela.
J: ¿Como sabes lo que pasaba en mi escuela?
M: no se, lo deduje por tu pregunta *rió*
Johana se sentía cómoda en conocer a alguien, para ella era algo nuevo, algo mejor.
