Parte 4.- Amor a primera vista

7.1K 564 107
                                    

Narra kirishima
El jefe se ve un poco distraído estos días, me atrevo a decir que torpe, pero...¿como alguien tan perfecto puede ser torpe?, dejémoslo en distraído, está evitando las peleas y eso es raro hablando de el, siempre que puede se mete en pelas callejeras, es muy bueno con los omegas y eso es una de las muchas cosas que me hacen quererlo, de echo así fue como pude ser parte de su equipo.

Hace aproximadamente seis meses

Como odio ir a el trabajo a estas horas, ¿por que nos obligan a tener doble turno?, necesito encontrar un nuevo trabajo, también el echo de qué en el camino al metro hay muchos lugares peligrosos, pero no tengo otra alternativa ahora que me independicé no puedo vivir sólo de las mesadas que ocasionalmente mi madre me da, se que no debería quejarme pero con lo que me da solo puedo comprarme sopas instantáneas, necesito cuidar mi salud es por eso que el primer trabajo que me aceptaron es uno con tan pocas ayudas.

Llevo media hora esperando el metro y no llega, ¿que está pasando?, hace horas que debería de haber llegado, esto es raro, bueno unos minutos no importan si me preguntan por qué tan tarde solo les diré que el metro se tardó, me ha funcionado varías veces cuando no tengo ganas de ir a el trabajo, aunque nunca pensé que mi excusa se haría realidad algún día................ahora que lo pienso desde hace rato escucho como un sonido que parecen.. ¿pisadas?, no más bien como saltos, es como si alguien se acercara feliz saltando de dos en dos, es mucho más escalofriante que pisadas lentas y ruidosas.

-Ho..ola.a, ¿ha.ay alguien ahí ?-dije muy temeroso de que alguien me contestara, mientras observaba temerosamente el lugar en donde provenían las pisadas.

-.....-

No hubo respuesta así que supere aliviado mientras pronunciaba en un suspiro la palabra "genial" cuando de pronto.

-no hay nadie~-detrás de mi oreja aspirando mi olor había lo que suponía yo por la voz que hizo que mi cuerpo se tensará una alfa.

-déjame en paz por favor- pensé ya que no podía pronunciar ninguna palabra era tan frustrante que lágrimas gruesas empezaban a salir por mis ojos.

En mi campo de visión, un poco distorsionada a causa de las lagrimas que cubrían mis ojos, una imponente mujer de cabellos rubios sujetados por coletas que se veían un poco raras para alguien de su edad, bueno lo que yo creía que podía tener, cuando mi vista empezó a mejorar pude ver mejor su cara, estaba ligeramente sonrojada y tenía una sonrisa un poco torcida pero igualmente grande. Mi mirada se tensó al ver lo que tenia en sus manos, era una navaja para ir de excursión y de ella se podría apreciar un poco de sangre, que al ver que goteaba asimile que acababa de salir de el cuerpo de algo o alguien. Al momento que cerré los ojos para cerciorarme que no fuera mentira lo que mis ojos veían algo paso rápido alado de mi no pude divisar que era, pero tenía pelo negro no pude ver nada más por lo rápido de sus movimientos, ni siquiera a la loca rubia, cuando sentí que la tensión se había ido de mi cuerpo trate de correr pero alguien agarraba mi mano, era eso qué pasó alado de mi, era un muchacho alto en su piel había diferentes tipos de colores, negro y violeta, pero lo que más me impacto fue que el no me salvó solo ayudo en el plan, la chica rubia estaba a un lado de él con esa macabra sonrisa que la caracteriza. Trague duro y articule algunas palabras ya que no podía hablar, afortunadamente no salieron de mi boca, si no me hubiera ido peor, yo querría decir "Váyanse mucho a la mierda, par de pendejos"

-Hola pelirrojo ¿qué haces aquí a estas horas?- ¿quien mierda se cree esta persona?, me habla como si fuéramos amigos de toda la vida

Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora