Parte 20.- La mañana siguiente

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Narrador omnisciente

El rubio se sentía pesado, no tenía la posibilidad de moverse, el pensaba que le había dado una maldita parálisis del sueño, pero realmente solo era un hombre encima de el abrazándolo como un jodido koala, cuando abrió los ojos enseguida se puso a la defensiva, cuando recordó todo lo que sucedió la noche anterior. Parece que se quedo dormido al terminar de hacerlo con el pecoso. El no podía creer que hizo "eso" con ese estúpido, el es tan patético, no merecía tener encima a alguien tan genial como yo; pero lo que realmente no entendía y no quería asumir, es que realmente aquel estúpido, inútil, y maldito nerd, le hizo sentir cosas que jamás había sentido; no le disgusto para nada, jamás podría comparar eso con lo que le hizo el cabron ojeroso, le había hecho dudar si realmente todos los malditos alfas eran iguales, claro que el jamás lo admitiría, su orgullo no se lo permitía; todo eso lo hacía mientras miraba a ese estúpido Deku tirado en el suelo, con solo unos pantalones puestos y con el cierre abierto.

-"Que mierda he hecho"- pensó el rubio cenizo al ver con sus escarlatas como Izuku se levantaba de a poco, adolorido por la caída-

El de ojos esmeralda se sentía cada vez más despierto y divisaba a el rubio en su cama como dios lo trajo al mundo, en seguida se sonrojo, agachándola cabeza y sonriendo maliciosamente. Pensaba como ese omega era capaz de ponerlo a sus pies con solamente decirle unas pocas palabras o haciendo cualquier mierda provocativa, jamás se había sentido así por alguien y menos por un omega tan joven como lo era el.

Ambos se sentían demasiado avergonzados como para decir algo sensato, hasta después de varios minutos al fin el pecoso, armado de todo el valor que puede llevar, hablo.

-Ey, ¿Cómo estas?- dijo con sus esmeraldas posadas sobre las escarlatas que lo miraban tan intensamente.

-¡Como putas voy a estar?- hablo girando sus escarlatas- como la puta mierda, mi culo me duele - se sobo su trasero con cara adolorida- eres un jodido animal, debería ponerte una maldita correa-

-Jajaja- rio nervioso el pecoso, mientras avergonzado miraba al piso como si fuera lo mas interesante del mundo-

El rubio trato de levantarse, para buscar su ropa la cual había terminado posiblemente en el suelo por todo el "trabajo" que hicieron, pero no pudo sostenerse por mucho tiempo con sus piernas, este termino tropezándose, a lo que el pecoso corrió a tomarlo con sus brazos, pero terminaron cayendo a el suelo sin mas. Abrió sus escarlatas, observando que tenia encima un omega completamente desnudo y vulnerable, mas este no hizo nada y giro sus esmeraldas hacia su rostro, el cual se veía totalmente enojado.

-Déjame alfa de mierda, yo puedo hacerlo por mi mismo, no soy un invalido- se separo de el, y tomo su boxer, el cual yacía en el suelo bajo la cama

-Pues no parece- dijo en un murmullo el cual aunque fue muy bajo, el rubio si escucho

-¡Jodido pedazo de mierda, lo escuche maldito!- no podía estar mas enojado y aunque hace apenas unos momentos pensó tenerle compasión, no arrojándose para golpearlo, este cambio de parecer al escucharlo hablar-

Sus escarlatas no mostraban nada mas que odio al observar como el de pelo verde trataba de no reírse. El rubio trato de golpearlo en la cara, pero su trasero dolía mucho, lo que lo hizo caer de cara.

-Ugh- abrió sus escarlatas lentamente-¡pero que mierda!- exclamo al ver que no solo se había caído, sino que aterrizo muy cerca del miembro del pecoso y para colmo este estaba alzado tratando de tocar el techo- ¡¿Por que mierda estas erecto jodido Deku?!- se levanto y se sentó en el piso nuevamente-

El pecoso se rasco la cabeza y contesto. -No lo se, tal vez es por que alguien se tiro encima mío desnudo- hablo sarcásticamente, para luego tapar su miembro que seguía siendo observado por el rubio

-Maldita sea- después de decir eso el rubio busco por el suelo alguna camisa o pantalón, lo único que encontró fue una enorme camisa que supuso era de el pecoso, este la tomo y se la puso encima, ya que no había encontrado su ropa y eso al menos le taba la mayoría de su cuerpo.

El pecoso se mantenía en silencio, se repetía en su mente "piensa cosas feas, las nalgas de su abuelita, un perro muerto, Toga desnuda" lo ultimo pareció funcionar, ya que su erección bajaba, se relajo y abrió los ojos. Lamentablemente su relajación no duro mucho, ya que enfrente suyo estaba nada más y nada menos, que el omega mas lindo de la tierra con su camisa puesta y con la cara de pocos amigos que siempre llevaba, era la típica "camisa de novio", eso no era bueno para su corazón y menos para su parte baja la cual ya estaba nuevamente alzada, esta vez más erecta que antes.

-Eres un maldito pervertido, ¿lo sabias?- el rubio ya no se digno a ver su miembro, la cara de estúpido que estaba poniendo le podía decir que el pecoso estaba muy feliz de verlo.- Ve a el jodido baño y cuando termines puedes chingar a tu madre, muchas gracias- sin mas que decir el tomo ropa de el closet, y entro a su propio baño, para darse una buena ducha

-Mierda ahh- sus escarlatas se posaron en la puerta del baño donde el rubio lo había dejado solo con un gran problema, el pecoso se levanto y se dispuso a hacer lo que el pequeño omega le ordeno.-

Al igual que el rubio tomo ropa de su closet y se dirigió al baño para darse una ducha con agua fría, mientras que pensaba lo que había sucedido, hizo algo muy indebido con Kacchan y aunque el también lo quiso, no sabia si estaba del todo bien, por que es demasiado joven para el, no puede creer como puedo hacerlo.

En cambio en otro lugar de la casa se encontraba un omega que se cuestionaba mientras el agua recorría todo su cuerpo, el por qué había cedido ante sus placeres, era algo que no lograba comprender, jamás creyó volver a hacer algo así con un alfa nunca mas y mucho menos por voluntad propia. Claro que muy en el fondo sabia que era por que ese viejo estaba bastante sabroso.

Cuando el rubio termino de bañarse, se dirigió a la cocina y prepara el desayuno, por accidente, o al menos lo que se decía el, había preparado de más y le dejo un poco en la mesa a el de pelo verde, para cuando terminara su larga ducha, que ya llevaba más de una hora.

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Listoo, bueno espero que les guste.

Los quiero un monton.

Nos leemos

Bye, bye.



Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora