Loco... por tí.

1.2K 94 18
                                    

Capítulo quince.

-Por favor...señorita, ¿puede decirlo de nuevo? En palabras simples... ¡por favor!

Tom tuvo que esconder la sonrisa que intentaba escapar de su boca. Hermione era capaz de sacar de quicio hasta al más experimentado Auror. Cosa que estaba haciendo.

-Hoy me tocaba ir a Hogsmeade. –explicó como si fuera un niño pequeño aunque sabía que Moody se estaba conteniendo. –Pero Lord Slytherin me pidió una cita y decidí pedirle a Portia, perdón, la profesora Gallager, que me suplantara...

-Bien. ¿Por qué el domo?

-Bueno... usted sabe cómo son las chicas... alguien escuchó que yo me reuniría con un hombre y no se me despegaban. ¡Tenía que hacer algo para tener privacidad! Y no lo lamento. –miró a los ojos de su ahora prometido. –Fue el mejor momento.

Tom sabía que estaba jugando con la paciencia del Auror y le estaba siguiendo el juego, mirándola con adoración mal disimulada.

-Ejem. –tosió Moody. –Prosiga.

-Bueno, me reuní con Lord Slytherin en un claro del bosque y él... -volvió a mirarlo. –se me declaró...

-Felicidades. -dijo Moody sin sentimiento.

-Gracias. –dijo Tom rígidamente.

-¿Entonces? -se impacientó.

-Escuchamos unos gritos. –Mione se giró para confirmar con su prometido. –Alguien estaba en duelo y fuimos a ver si necesitaban ayuda. Fue cuando vimos a Dumbledore con su varita atacando al otro mago, quien estaba tirado en el suelo. De pronto, un rayo verde salió de su varita. No lo pude permitir. Fue instintivo. Levanté un muro de tierra para evitar el hechizo.

Moody asintió. Habían realizado un Priori Incantatem en la varita del profesor.

-Prosiga.

-Yo... estaba enojada y comencé a gritarle a Dumbledore, exigiéndole explicaciones.

Tom puso cara de mártir. Era un gran actor.

-Nunca se cruce con ella. –susurró al Auror.

-Escuché eso. –le riñó enojada. –En fin, que me aturdió y terminé tirada junto al mago herido.

-Yo me enojé con él... -continuó Tom. –y le lancé lo primero que se me ocurrió.

-Serpensortia. –aclaró Moody innecesariamente.

-Sí. Al fin y acabo, soy Lord Slytherin. –dijo con dignidad. -Les pedí a las serpientes que lo maniataran y no lo dejaran moverse.

-Hasta que llegamos nosotros.

-Exacto. –dijeron los dos jóvenes.

Moody se mesaba los cabellos.

-Tengo una poción para el dolor de cabeza. –le ofreció Hermione, revolviendo su siempre presente bolsito de cuentas.

-No. Gracias. –se levantó y recogió los papeles. –Ya vuelvo.

-¿El otro mago... se recuperará? -preguntó Hermione.

-Estamos viendo eso, señorita. Permanezcan aquí.

En cuanto salió, tanto Hermione como Tom pusieron encantamientos de silencio y privacidad. Se sonrieron entre ellos.

-Eres increíble. -declaró Tom besando el dorso de su mano.

-Te dije que funcionaría. –le dijo ella muy pagada de sí.

-Sí, sí. ¿Dónde aprendiste ese truco?

-En otra vida. –le contó a medias, encogiéndose de hombros. –Es muy lógico pensar que el malo es el que fue derrotado. Y no teníamos tiempo. Por fortuna, Gellert aceptó rápido.

-¿Pero por qué confías en él?

-Porque sabe que cometió un error... -empezó a enumerar separando dedos. -porque sabe de lo soy capaz... y porque tú tienes su varita.

Tom miró la varita en su mano, la que no entregó al llegar al Ministerio.

-No entiendo qué tiene de especial. 

-Dumbledore se la gano a Grindelwald y tú a Dumbledore. Ahora te obedece a tí. Es la varita de sauco. –le susurró Hermione.

-¡NO!

-Shhh. Claro que es. Gellert estaba deseoso de ser el amo de la muerte, pero no pensó que debía morir. Él no quiere eso. Él quería vivir para siempre, y el dominio de los magos sobre los muggles. Pero él vio el desastre en primera fila. Él vio las cámaras de gas... las bombas... los tanques... conoció el miedo.

-¿Cómo pudiste leer su mente tan rápido? Solo tuvimos menos de un minuto hasta que reaccionó Dumbledore. ¡Y la próxima vez avísame tu plan! Casi me muero cuando te arrojó con ese hechizo.

-Viste que lo disipé antes que me diera. Puedo manejar algo de magia de aire. Sabía que Dumbledore pensaba derrotar a su amigo, para quedarse con la varita. Pero todo se confirmó con lo que escuchamos.

-Sí. Jamás pensé que ese viejo tuviera tanto odio hacia los muggle como para querer matarlos a todos.

-Irónico que tuviera la misma idea que Hitler. O que pensara usarte para realizar ese plan. Siempre me pregunté por qué no había logrado nada para los nacidos muggle con todo el poder que tenía en mi tiempo de estudiante. En fin, convoqué el arma que usé en mis clases pero con balas inhibidoras permanentes. Hice el cambio de cuerpo y apunté justo en su núcleo.

-Ahora, según tú, él, o sea, Dumbledore, irá a una prisión, y Grindelwald, en el cuerpo de Dumbledore, se retirará de la sociedad a criar ovejas...

-Abejas. Dijo abejas. Será apicultor.

-Lo que sea. –se acercó más a su silla y la abrazó. -¿Y nosotros?

Hermione suspiró.

-No sé. Tenemos todo un futuro en blanco...

-Perfecto. Porque creo que mi deber como Lord Slytherin es dejar al menos un heredero.

Hermione se ruborizó en sus brazos pero no dijo nada. En ese instante, entró Moody. Notó como las barreras de privacidad caían, pero al encontrarlos acaramelados no se preocupó mucho.

-Bien, Lord Slytherin, señorita Granger, pueden irse. Estaremos en contacto.

Tom y Hermione salían cuando Moody los detuvo.

-Señorita... -se acercó. –Me gustaría...que me enseñara esa magia... que dicen que enseña... -se lo veía muy incómodo. Más sin su ojo mecánico mágico.

-No hay problema. Pase por Hogwarts los sábados en la mañana. Puede traer a todos los que gusten.

-Gracias.

Ya habían salido, cuando otro Auror entró.

-¿Y?

-Aceptó entrenarnos.

-¡Bien!

-Esa mujer es un peligro, peor que Lady Black.

-Parece inofensiva.

-¡Por eso! Nunca la subestimes, Timothy. Nunca le des la espalda. Y nunca esperes que revele todos sus secretos.

-¿Quiere decir que no sabes cómo lo hizo?

-No. Todo encaja. Dumbledore abala su testimonio y Grindelwald no recuerda nada. Pero yo sé que no es como ellos dicen.

-¿Y eso importa? ¡Atrapamos a Grindelwald! Nos darán la Orden de  Merlín...

-Solo piensas en medallas, Timmy.

-¡No me llames así! Vamos. Te invito un whisky de fuego para celebrar esta victoria.

Fin


Bien, espero que la hayan disfrutado. Voten y compartan. 

Estudios muggles (editando)Where stories live. Discover now