Dando cátedra.

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Capítulo tres.

Hermione estaba nerviosa. Lo había llamado para una clase especial de los de quinto año. Se dio cuenta que no había muchos inscriptos, y que menos del cuarenta por ciento eran sangrepuras. Es decir, muchos estaban inscriptos porque era una E fácil. ¡Pero los sangrepura debían ser los primeros en anotarse a esta materia! ¿No?

Su plan era simple. Uno de los muchos. Trae la montaña a Mahoma.

Y es que en esos dos días que estuvo en Hogwarts le bastaron para al menos vislumbrar un poco de Tom Riddle. Era un alumno modelo, con muy buen record de notas en todos sus cursos, que brillaba mucho en Defensa contra las Artes Oscuras. Tenía un grupete de amigos, como todo adolescente. Nada fuera de los normal.

-¿Me llamó usted, profesora? –preguntó Tom entrando al aula.

-Así es, joven Riddle. Necesito de su ayuda.

Tom solo levantó una ceja.

-Por favor, preséntese ante la clase.

Tom miró a los alumnos. Había dos Sly, dos Gry, tres Raven y cinco Puff.

-Mi nombre es Tom Riddle.

-Señor Riddle, diga su estatus de sangre.

Eso ameritó un giro de cabeza como el del exorcista.

-¿Perdón? -dijo con voz afectada, ocultando su ira.

-Bien, si es tímido... -Hermione estaba más que entretenida. –El joven Riddle es un mestizo.

-¡Eso no es cierto!

-O lo siento. Creí que... bueno, lo importante es que usted vive en el mundo muggle. Más específicamente, en Londres.

Tom estaba que la aniquilaba con la mirada. ¡Y ella lo disfrutaba! Ahora entendía porque algunos profesores abusaban de su trato con ciertos alumnos.

-Sí. –contestó con los dientes cerrados.

-A ver clase. ¿Dónde está el callejón Diagon?

Un tímido Puff levantó la mano.

-Sí, señor Swan.

-¿En Goodwing's Court, en Londres?

-Correcto, señor Swan. Diez puntos. ¿Alguien puede decirme dónde se encuentra nuestro Ministerio de magia?

-¿En la calle Great Scotland Yard? –dijo un ansioso Raven.

-Levante la mano, señor Podmore. Diez puntos menos uno por apurado. Es correcto. Una de las entradas está ubicada allí. Señor Riddle, podría decirme cómo se encuentra en estos momentos Londres.

Tom levantó la ceja. Vio que con la varita dibujaba algo en la pared.

-¿Londres? -"¿A qué apunta con todo esto?" se preguntó Tom.

-Sí. ¿Alguien conoce la situación actual en el mundo muggle? –preguntó Hermione aun dibujando. El mismo Raven levantó la mano. -¿Sí, señor Podmore?

-Están en guerra, profesora.

-Muchas gracias, señor Podmore. Diez puntos más. Cuando hay guerra, hay problemas económicos y sociales. La cuidad se prepara para ello. –Riddle vio que había dibujado un refugio antibombas y un tramo del callejón Diagon. –Los muggles conocen de eso... pero los magos no. Señor Riddle, podría decirnos qué sucede en un ataque aéreo, por favor.

-Suena una alarma en la ciudad. Todos corren al refugio más cercano. En los negocios hay de esos también. Los sótanos son preparados...

-Muy bien. Diez puntos. Ahora, ¿alguien puede decirme cómo se prepara el mago?

Todos quedaron confundidos.

-No pueden tocarnos. –declaró Mulciber, enojado.

-Señor Mulciber, le solicito que levante la mano. Lo siento, pero está en un error... ¿no es verdad, señor Riddle?

Tom se quedó duro. Ella sabía.

-Una bomba aérea tiene la capacidad de destruir una manzana completa. Por favor, repartan los periódicos que les he traído.

Tom vio que eran los de después del bombardeo del año anterior.

-Los magos no tienen la capacidad de detener esos ataques.

Hermione se retiró a su oficina, salió, se escuchó un silbido, una sombra se situó sobre ella. Levantó su varita y tiró un rayo. Una bomba dibujada cayó sobre ella y explotó, haciéndola desaparecer en un esqueleto cuyos huesos se desarmaron.

-Y así moriría, sin entender por qué mi magia no me ayudó. –dijo desde atrás del aula.

Todos la miraron con la boca abierta. ¿Era eso cierto?

De pronto, la campana sonó y todos saltaron asustados.

-Para la próxima clase quiero un ensayo sobre las armas muggle. Solo las de uso personal, no las de guerra. Digamos... siete centímetros. Veremos como un Protego no sirve con ellas. Pueden quedarse con los periódicos. Gracias. Pueden retirarse.

Tom salió detrás de los demás sin entender... ¡nada! ¿La materia no era para enseñar a los sangrepura a camuflarse en el mundo muggle? ¿Por qué enseñaba sobre una guerra que no tocaba al mundo mágico?

De repente, como si un rayo le cayera, vino la pregunta primordial.

¿Realmente, no los tocaba?

Estudios muggles (editando)Where stories live. Discover now