La obsesión de matar

940 114 56
                                    

Cuando ese pensamiento nació era tan débil que él apenas se percató de su existencia. Park ChanYeol (su esposo, ¿quién más?) esterilizaba a una gata en el quirófano mientras, en la recepción, KyungSoo revisaba las cuentas. Todas las tardes era lo mismo. Ese día había sido bastante aceptable, con operaciones y consultas. KyungSoo aún pensaba que había sido un acierto casarse con ChanYeol en lugar de aquel pintor extraño. ChanYeol y él eran veterinarios y se apoyaban mutuamente en el consultorio propiedad de ambos a partes iguales. Lo habían instalado con mucha ilusión y mucho dinero, y a tres años de su inicio obtenían ya resultados bastante buenos.

Sí, señor. Cinco años de casados y seguían siendo la pareja ideal. Cómo se amaban... Al menos hasta que KyungSoo descubrió la foto de MinSeok en la cartera de su esposo. KyungSoo era bonito. Cabello castaño claro, ojos grandes y expresivos, rostro de muñequito. El típico chico que uno puede encontrar en Burguer King. En cambio MinSeok era espectacular, un chico un poco más alto que él, con un cuerpo bien trabajado, ojos gatunos y una sonrisa bonita. Y sobre todo estaba esa maldita dedicatoria: "Para mi amado ChanYeol. Apasionadamente, MinSeok"

Oh, demonios.

Esa tarde KyungSoo no le dijo nada. Se tragó la rabia y se dedicó a investigar. Un par de amigos (qué acomedidos son cuando se trata de esos asuntos ¿verdad?), vigilaron sistemáticamente a ChanYeol y le proporcionaron la información: ChanYeol le pagaba a su amante un departamento donde pasaba con él el tiempo de sus supuestas consultas a domicilio vespertinas. Así fue como KyungSoo pudo explicarse las recientes fugas de capital. No cabía duda. Su esposo tan lindo y bueno vivía un acalorado romance con un MinSeok cualquiera mientras él se fletaba en el consultorio para mantener el departamento de su rival.

Comenzó la guerra.

KyungSoo puso a ChanYeol las cartas sobre la mesa y él se limitó a encogerse de hombros y decir:

-Creo que tendremos que divorciarnos.

Entonces sí que el pensamiento creció en serio. Los vecinos aún pueden referir lo que se gritaron. O más bien, lo que KyungSoo le gritó. Y lo que le aventó. ChanYeol tuvo que salir huyendo del "domicilio conyugal", dejando a KyungSoo desecho y con varios platos menos en su vajilla.

Durante el curso del juicio, KyungSoo se enteró que MinSeok esperaba un hijo de ChanYeol. Ese no era un drama, maldita sea. El feto era de carne y hueso o cartílago, o lo que fuera. Se sintió dolido. Ellos habían intentado por tres años tener un hijo sin conseguirlo. ¿Sería eso lo que lo había decepcionado? ¿Podía ChanYeol, tan lindo y bueno, ser tan anacrónicamente un macho? Sí, podía serlo.

-Para que lo sepas –dijo él mientras esperaban el ascensor, cada quien al lado de su abogado–, me fui con otro porque tú no me diste un hijo.

-Quiero que me dé una pensión –comentó KyungSoo a su abogado al día siguiente.

-Será difícil de pelear –respondió su abogado, quien también era su hermano mayor–. No tienen hijos.

-Hijos, hijos ¡Con una mierda!

-No digas groserías, hermanito.

-¿Es que todo ha de girar en torno a los malditos hijos? Y los que no podemos tenerlos porque simplemente son muy pocos hombres los que pueden embarazarse ¿qué?

-Nadie ha demostrado que no puedes.

-¡Pero no puedo!

KyungSoo rompió a llorar.

-Hermanito –sermoneó él–. Te dije que no te casaras con ChanYeol.

La obsesión de matar fue entonces clara y reconocible.



➖✨➖✨➖✨➖✨➖✨➖✨➖✨

Y aquí tienen una nueva adaptación ya que me es más fácil adaptar que traducir y adaptar xD espero que les guste esta historia.~

Maldito el Fruto de tu Vientre (ChanSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora