12. Mirror of Erised

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ESPEJO DE OESED


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Annie había dejado a medias su dibujo de el Gran Comedor, por el sueño que tenía. Harry había regresado a su cama, deseándole buenas noches.

Al levantarse la mañana siguiente, se encontró a Harry y Ron hablando. Pero cuando notaron que había despertado se callaron.

—Buenos días. —se bajó de su cama, y fue a la de Harry. Subió y se acomodó bajo las mantas, a un lado del ojiverde— ¿de qué hablaban?

—Es que Harry encontró un espejo anoche, y dice que vio a sus padres. Pero no me despertó —dijo Ron malhumorado.

—Pueden venir esta noche, volveré —dijo Harry.

—Quisiera conocer a tus padres — dijo Annie pensativa.

—Me gustaría conocer a todos los Weasley —comentó Harry. La castaña asintió de acuerdo.

—Pueden verlos cuando quieran. Vengan a mi casa en vacaciones —ofreció Ron.

Después bajaron a desayunar. Al parecer Harry no tenía apetito.

—¿No quieres tocino u otra cosa, Harry? ¿Estás bien? —preguntó algo preocupada Annie. Harry no podía comer. El haber visto por primera vez a sus padres lo había descolocado un poco.

—Estás muy raro —aportó Ron.


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Ron, Annie y Harry iban bajo la capa de invisibilidad, tratando de encontrar el salón donde se encontraba el espejo.

—Me congelo —se quejó Ron— mejor volvamos.

—¡No! —susurró Harry— Sé que está por aquí.

Justo cuando Annie iba a quejarse de que se convertiría en un cubo de hielo, Harry divisó una pareja de armaduras.

—¡Es alli! ¡Sí! —Abrieron la puerta. Harry dejó caer la capa de sus hombros y corrió al espejo.

—¿Ven? —murmuró el pelinegro. Annie se acercó, pero no vio nada.

—No veo nada.

—Ahí están, mírenlos, son muchos.

—No veo nada, James.

—Ponte donde yo estoy —Harry colocó a Annie donde él estaba anteriormente. Se pudo ver reflejada a ella, Harry, Ron y Hermione, un poco más grandes. Harry abrazaba a Annie por un lado y Ron por el otro. A la vez que Ron pasaba un brazo sobre los hombros de Hermione. La castaña sonrió. De verdad esperaba que su amistad con ellos durara para toda la vida.

—¿Qué ves, Ann? —preguntó el azabache.

—Nos veo a nosotros, abrazados. Estamos más grandes —Annie se volteó y les dió una sonrisa a ambos chicos. Esta vez Ron se acercó y habló sobre algo de copa que quidditch, que Annie no entendió muy bien.

—¿Que? —Harry angustiado se volvió a parar delante del espejo.

—Déjame mirar de nuevo —habló Ron con tono soñador y le dio un pequeño empujón a Harry.

—¡No me empujes! —exclamó Harry.

—¡Chicos! ¡Deténganse! —gritó Annie. Se escuchó un ruido fuera de la habitación.

—¡Rápido! —susurró Harry abriendo la capa. Justo cuando terminaban de colocarse la capa, apareció la Señora Norris. Los tres permanecieron inmóviles. Annie tenía una ligera sospecha de que la gata los podía ver. Unos muy largos segundos más tarde, la gata dio vuelta y se marchó. Los chicos regresaron a la Sala Común.

Annie y la Piedra Filosofal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora