Annie y la Piedra Filosofal

9. Crazy Broom

 
 
ESCOBA LOCA

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Después de mucho rogar, dejaron a Harry quedarse en la enfermería con Annie. Estaba muy preocupado. Esperaba con ansias a que despertara. Pero Madame Pomfrey lo mandó a su dormitorio por más que insistió.

Asistió a las clases en compañía de Ron y Hermione. Después del incidente comenzaron desde cero. Pero Annie no había estado ahí con ellos.

Después de clases, almorzó y fue corriendo a la enfermería. Entró y vio a Annie como en la noche anterior. Seguía dormida. Tomó una silla y la puso a su lado, sentándose.

Minutos después entraron Ron y Hermione, quienes también tomaron sillas y se sentaron, pero más alejados.

Harry suspiró. Madame Pomfrey le había dicho que estaba bien. Pero quería verla despierta, que bromeara con él. Era la primera amiga que había tenido en toda su vida. Su mejor amiga.

La tomó de la mano y jugó con sus dedos. Su mano era más pequeña que la de él y le causaba ternura. Escuchó un quejido.

Annie abrió un poco los ojos, entrecerrándolos un poco debido a la luz.

—Siento que me arrolló un camión —susurró. Harry sonrió en grande.

—¡Ann! —gritó susurró emocionado. Quiso abrazarla en ese momento, pero no quería lastimarla. La castaña se sentó y parpadeó para poder enfocar. Se encontró con un Harry feliz, a Ron y a Hermione sin matarse.

—¡Hermione! ¡Estás bien! —sonrió aliviada. Esta asintió y se acercó para darle un gran abrazo.

—¡No debiste hacer eso! ¿Y si te pasaba algo peor? —comenzó a hablar Hermione sin parar.

—Pero estoy bien, Herms. Ahora ¿Quieres explicarme como es eso de que tu y Ron están en la misma habitación sin matarse? —Harry rió y procedieron a explicarle.

Madame Pomfrey llegó para revisarla y sólo dejó que uno se quedara. Cuando terminó y se retiró, Harry volvió y se sentó en la silla anterior.

—Me alegra que estés bien —comentó Harry

—Yo también me alegro de estar bien ¿quien iba a molestarte por mi? —bromeó. Harry sonrió.— Ahora que lo recuerdo no me diste un abrazo cuando desperté —dijo ofendida.

—No quería lastimarte —se excusó.

—No seas bobo, ven —abrió sus brazos. Harry se sentó en la camilla, se inclinó y la abrazó. La había extrañado.

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El sábado sería el primer partido de Quidditch de Harry como buscador. Había estado entrenando muy duro.

A partir del incidente con el troll, Hermione se había vuelto más flexible en cuanto a las reglas. Ese día, un día antes del primer partido de Quidditch, estaban los cuatro en el patio durante el receso de la mañana. El frío era horrible, asi que Hermione, invocó una llama azul y la colocó dentro de un frasco de mermelada, para simular una fogata, en donde los cuatro estaban rodeándola.

Snape iba cruzando el patio. Los cuatro se acercaron más para tapar el fuego, no estaban seguros de que estuviera permitido. Annie hacía dibujos en la nieve con una ramita que encontró. Snape dio vuelta avanzando hacia ellos, arrastrando la pierna.

—¿Qué tienes ahí, Potter? —Era el libro de Quidditch.

—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio—dijo maliciosamente.—Entrégamelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.— y se alejó cojeando, sin darle tiempo de protestar a Annie.