Annie y la Piedra Filosofal

10. Best Friends

 
 
MEJORES AMIGOS

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Ese día Annie se sentía muy feliz. Hogwarts amaneció cubierto de nieve y el lago estaba congelado. Era un muy hermoso paisaje.

Annie estaba indecisa si ir o no de vacaciones con sus padres, aunque los extrañaba. Pero no quería dejar solo a Harry.

Estaban en clase de Pociones, donde hacía un frío tremendo.

—Me da mucha lástima —dijo Draco Malfoy— toda la gente que se quedará en Hogwarts, ya que no los quieren en sus casas.

Annie estaba a punto de responder cuando Harry le dió un codazo y negó lentamente con la cabeza. La castaña frunció los labios pero no dijo nada.

Al terminar la clase, de salida de los calabozos, encontraron un enorme abeto que ocupaba el extremo del pasillo. Era Hagrid quien iba detrás.

—¡Hola Hagrid! —saludó Annie. La navidad la ponía de muy buen humor.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Ron metiendo su cabeza entre las ramas.

—No, va todo bien. Gracias, Ron.

—¿Podrías quitarte de enmedio? —una voz irritante se escuchó. Annie rodó los ojos, sabia de quién se trataba.

—¿Estás tratando de ganar algún dinero extra, Weasley? Supongo que quieres ser guardabosques cuando salgas de Hogwarts... Esa choza de Hagrid debe de parecerte un palacio, comparada con la casa de tu familia. —dijo con malicia.

Annie y Ron se abalanzaron contra Malfoy, pero Annie no pudo llegar muy lejos ya que Harry la sostenía.

—¡WEASLEY! —era Snape. Ron soltó el cuello de la túnica de Malfoy.
 
—Lo han provocado, profesor Snape —dijo Hagrid, sacando su gran cabeza peluda por encima del árbol—. Malfoy estaba insultando a su familia.
 
—Lo que sea, pero pelear está contra las reglas de Hogwarts, Hagrid —dijo Snape con voz amable—. Cinco puntos menos para Gryffindor; Weasley, y agradece que no sean más. Y ahora marchenese todos.

Malfoy, Crabbe y Goyle pasaron bruscamente, sonriendo con presunción.

—Ya puedes soltarme, Harry —dijo Annie al azabache, quien todavía tenía sus manos alrededor de ella. Harry la soltó lentamente.

—Ojalá se los trague el calamar gigante —dijo la castaña, molesta.

—Voy a atraparlo —dijo Ron, sacando los dientes ante la espalda de Malfoy—. Uno de estos días lo atraparé...

—Los detesto a los dos -añadió Harry—. A Malfoy y a Snape.

—Vamos, arriba el ánimo, ya es casi Navidad —dijo Hagrid— Les voy a decir qué haremos: vengan conmigo al Gran Comedor; está precioso.

El rostro de Annie se iluminó. Era lo que estaba esperando, ver Hogwarts decorado de navidad.

—¡Vamos, chicos! ¡Quiero verlo! —dijo con demasiado entusiasmo y una gran sonrisa. Tomó las manos de Harry y Ron, arrastrándolos por todo el pasillo. Hermione iba atrás de ellos negando con la cabeza, pero con una sonrisa en el rostro.

Al llegar estaban la profesora McGonagall y el profesor Flitwick colocando los adornos. El salón estaba hermoso.

Había guirnaldas de muérdago y acebo que colgaban de las paredes y alrededor de doce árboles de navidad.

Annie grabó cada detalle de la decoración, quiería mandarles un dibujo a sus padres. Se dió vuelta con una gran sonrisa admirando todo. Definitivamente amaba la navidad.