Parte: 6

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Siempre estuve enamorado de ella, desde el primer momento que la vi.

Ella siempre me trato como su vecino, sin darme mucha importancia.

Recuerdo que una vez llegamos a tener una conversación por medio de su mejor amiga, pero más nunca volvió a suceder.

Yo tenía alrededor de catorce años, regresaba a casa caminando desde el liceo privado donde estudiaba que se encontraba a una cuadra de allí, solo faltaba una casa, la de ella, y trate de caminar lo más lento posible que llegar a observarla, pues estudiaba el mismo colegio y mismo año que yo, pero la secciones eran diferentes.

Yo había escuchado que la sección "A", donde ella estudiaba, salían una hora antes, porque la maestra que le daría la ultima hora estaba enferma.

Ella a veces se sentaba en el porche de su casa y a través del enrejado, que, por cierto pusieron después de mudarse, podía verla.

Camine lento, con la cabeza gacha, estaba escuchando música.

Volteo a ver a través de la reja y la observo, ella se encontraba con otra chica, que al parecer era su mejor amiga, siempre estaban juntas en el colegio y la veía casi siempre en la casa, aunque ambas eran muy diferentes, pues la otra chica era más extrovertida y atrevida. Ella me observo y me hizo señas de que parara, yo obedecí nervioso y se acercó a la entrada, su amiga iba con ella. Su amiga salió y ella salió después. Se paró frente a mí y me miro con sus hermosos ojos café oscuros, su amiga me miro y sonrió. Yo sonreí totalmente ruborizado, por lo cual baje la cabeza y quite los auriculares de mis oídos.

–Tienes unos ojos muy lindos –dijo su amiga.

Yo subí la vista y las mire a las dos.

–Gra-gracias –dije aun ruborizado, me costaba soltar las palabras por el nerviosismo.

– ¿Cómo te llamas? –pregunto ella en un tono amigable, y desde donde estaba, pude oler un rico perfume de rosas que venía desde ella.

–Zack, –dije – ¿Y-y tú?

–Me gusta tu nombre –sonrió –Somos vecinos desde hace años pero nunca me había detenido a saber tu nombre, discúlpame.

–No hay ningún problema.

–Ella es mi amiga –señalo a la chica a su lado –Érica. Y yo –se señaló a sí misma –me llamo Shey, bueno Sheyli, puedes llamarme como gustes.

–Ok, –dije –creo que debería irme.

–Ok, Zack. –dijeron y seguí caminando.

Estar cerca de ella, me ponía nervioso, hasta llegaba a tartamudear como un estúpido. No hablábamos mucho, por mi pena, pero aun guardo su perfume y sus palabras en mi corazón.

Siempre la observaba, pero ella siempre se encontraba leyendo o estudiando, a veces la veía trotar en la mañana los días de verano y a veces la encontraba afuera de su casa leyendo o escuchando música, mientras yo salía a dar paseos nocturnos.

Nuestras palabras a excepción de ese y otros días eran solo "Holas" vacíos y sin importancia alguna en ella, así lo notaba yo.

Aun me arrepiento de no tener el valor suficiente para entablar una conversación con ella, y descubrir los más profundos secretos de su alma. Porque estoy seguro, que me hubiese enamorado de cada uno de ellos.

Siempre estuve allí, pero creo que ella nunca lo noto, bueno, no le dio importancia alguna a mi presencia. Pero si la vida me da otra oportunidad, no la dejare pasar.

Enamorandome del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora