Allí la vi.
Tan hermosa y tan risueña, tan callada y tan sincera.
Era verano, la fecha no la recuerdo, pero sí recuerdo que tenía alrededor de doce años, era un púberto inmaduro.
Había escuchado hace aproximado un mes atrás, cuando mis padres hablaban, que una nueva familia se mudaría a la humilde casa que se encontraba al lado de la mía.
Esa casa desde mi nacimiento estuvo siempre vacía, recuerdo que cuando oscilaba los nueve años de edad, mi padre contactó con el dueño de la casa que vivía en Ciudad Bolívar, una ciudad cercana, capital del estado, y le dio un precio muy bueno por esta, hasta trato de sobornarlo, pues mi padre era un hombre de poder. Pero el dueño de la casa simplemente lo rechazo, a sabiendas de los intereses de mi padre, los cuales eran agrandar su terreno y luego venderlo a precios muy elevados.
Vivíamos en la parte más segura y rica de la ciudad de Puerto Ordaz. Mi padre trabaja como jefe de control de armas del gobierno y al parecer le va muy bien.
La idea de tener vecinos era muy extraña, me acostumbre a toda mi vida merodear por esas tierras sin tener a alguien que me regañara ni a sentir esa tierra como ajena.
Ni mi padre ni mi madre se preocupaban por mí y mi niñera la cual era bien pagada al igual que la servidumbre de la casa, nunca se preocuparon por mí tampoco.
Siempre fui un niño aventurero y creativo, pero era muy malo haciendo amigos.
El pensamiento de que este verano tal vez la familia que se mudaba tenía un hijo, me alegro bastante, así tendría aunque sea un amigo con quien jugar.
Ese día me levante temprano para desayunar, era muy raro.
¿Qué clase de chico de mi edad se paraba temprano en vacaciones?, bueno, ese era yo.
Me fui a cepillar los dientes y a lavarme la cara al baño, y baje a desayunar.
"Conchita" la cocinera, preparo arepas andinas y chocolate caliente.
Mi padre se encontraba en Caracas en una junta y madre salió temprano a Valencia a una consulta con su cirujano plástico, pensaba realizarse su tercera cirugía.
Estaba figurativamente solo.
Escucho el ruido de motor, subo a mi habitación y me asomo por la ventana, era el camión de mudanza de la familia vecina que acabo de llegar. Una camioneta blanca se encontraba justo al lado de camión.
Primero observo a una señora joven bajarse del auto y luego a un hombre, ambos con semblantes alegres. Se veían personas muy agradables y humildes.
Y allí la observo a ella bajando tímidamente del auto y observando a su alrededor, sorprendida por su nuevo entorno.
Era muy linda, me parecía que tenía mi edad, su cuerpo se estaba desarrollando y su figura se estaba marcando, tenía el cabello liso color castaño hasta los hombros. Y unos ojos marrones oscuros que te dejaban mucho que desear, por muy niña que fuera.
Su mirada se encuentra con la mía y nervioso cierro la ventana.
Vuelvo a observar por la ventana. La niña, ya no está, así que me recuesto en mi cama y leo un libro.
![](https://img.wattpad.com/cover/176400701-288-k279840.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Enamorandome del enemigo
RomansaElla, despierta con las manos atadas en una mugrienta habitación. No recuerda nada de la noche anterior, el dolor de cabeza nubla sus pensamientos. Ha sido secuestrada. Lo que no sabía es que su secuestrador terminaría siendo su salvador. Él, siemp...