𝚃𝚑𝚒𝚛𝚝𝚎𝚎𝚗

5.7K 400 17
                                    

013 | WEREWOLF

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

013 | WEREWOLF

| o m n i s c i e n t e |

Alexander cogió una caja metálica de la cama de Olivia y la tiró contra la pared furioso.

Había mandado un mensaje a Jace hace unos minutos contándole todo lo ocurrido.

Jace entró junto a Isabelle donde el moreno se encontraba y le agarró de la chaqueta.

— ¡Qué diablos has hecho, Alec! — Alzó la voz Jace desesperado.

Soltó el agarre y salió de la habitación, no sin antes dar un manotazo a un pequeño jarrón de la mesa provocando que al caer se rompiera a pedazos.

Izzy miró a su hermano apenada negando con la cabeza, cogió la mochila que contenía la caja y alguna que otra pertenencia de las mellizas y después siguió los pasos del rubio.

Alec se quedó solo en aquella habitación convertida en cenizas pasándose la mano por la cabeza repetidas veces intentando saber qué hacer.


 

Mientras tanto, las mellizas llegaron al destino de los supuestos policías.—¿Dónde estamos? esto no es la comisaría. — Les pregunta Clary.

— Colaborad y todo saldrá bien. — Le responde el conductor, no sin antes bajar del coche y abrir la puerta de Clary. —Sal. — Masculló enfurecido cogiéndola del brazo. El otro hombre hizo lo mismo que con Olivia.

— No hemos hecho nada. — Habló esta vez la pelirroja menor enfurecida.

— Cállate o vas a empeorar las cosas. — Contestó el que agarraba su brazo.

— Tú no eres policía. Alaric, quién es este tío . — Olivia preguntó de forma indirecta al hombre que sujetaba a su hermana. — ¿Estáis con Luke? ¿ Os ha enviado él? — Olivia avasalló a preguntas llevándose un bufido como respuesta.

— No es asunto tuyo. — Le respondió finalmente para después adentrarse en un restaurante de comida china.

— ¡Tu deber era vigilarlas! —. Jace habló entre dientes enfurecido acercándose a Alec. Habían intentado el rastreo Parabatai pero no funcionaba.

— ¡Lo he intentado, Jace!  —. Exclamó el mencionado de la misma manera.

— Pues tu madre tenía razón, no estás a la altura.

𝐶𝐿𝑂𝑆𝐸| 𝑨𝒍𝒆𝒄 𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕𝒘𝒐𝒐𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora