𝙵𝚘𝚞𝚛𝚝𝚎𝚎𝚗

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014 | LUKE

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014 | LUKE

| o m n i s c i e n t e |

Magnus abrió la puerta de su loft y dejó paso a los Shadowhunters.

—¿Qué ha pasado? — Preguntó el brujo preocupado.

¡Lo han atacado, te necesita! — Clary alzó la voz exaltada.

Magnus colocó una sábana sobre el lujoso sofá.— Ponedlo aquí.— Luke estaba teniendo alucinaciones y lo único que decía era: «¿Dónde estás?»

Jocelyn... ¡Jocelyn!

—  No Luke, soy yo, Olivia. — Respondió rápidamente para después colocar su mano en la mejilla del hombre lobo intentando tranquilizarlo.

— Tengo que contar algo, por favor escucharme. — Repetía una y otra vez de forma paranoica.

— ¿Le ha mordido un alfa? — Quiso saber Magnus, Clary asintió. Tres... Dos... ¡Uno!

Luke rugió y sus ojos se volvieron verdosos— ¡Oh Dios! — Olivia se exaltó y se apartó de él.

— Necesita un antídoto para detener el veneno de su sistema y no tengo todos los ingredientes. Jace, necesito que me consigas ojos de Fénix, sal lunar y fulgurita de Idris.—

Jace se fue rápido con la compañía de Simon. — Necesito a Alexander.

— ¿Para qué le necesitas? — Preguntó la melliza mayor.

— Necesito la energía de un cazador de sombras virgen.

Izzy

— ¿Estás segura de que los Sheeles creen que Valentine mató a sus exploradores?— Madre me preguntó con arrogancia mientras nos dirigimos a la sala de control.

—Por eso han roto el contacto con la clave. Están considerando cambiar de bando.

— Eso es totalmente irracional Isabelle. Es supervivencia.

— Madre, creen que Valentine puede ganar. Los Sheeles siempre quieren estar en el bando ganador.

— Nunca confíes en gente que no puede mentir. Encuentran modos mucho más ingeniosos para darte la puñalada por la espalda. Supongo que tú lo encuentras atractivo.— Marissa se marchó en un abrir y cerrar de ojos dejándome con la palabra en la boca.

A madre le daba igual que ciertos de sus comentarios hacia mí me hicieran daño. Para ella, su imagen era lo más importante y siempre debía estar impecable.

Decidí ir a donde se encontraba Alec para contarle mis penas como solía hacer y así poder desahogarme.

Entré en el despacho y allí se encontraba mi hermano, mirando por la ventana.
— Mamá hoy está rara.

𝐶𝐿𝑂𝑆𝐸| 𝑨𝒍𝒆𝒄 𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕𝒘𝒐𝒐𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora