Epílogo

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*Ricardo*

Estamos cenando en la mesa principal del castillo. Regina está sentada a mi lado platicando con su mejor amiga, Rebeka, hija de la reina Leda de Escocia. Mi tía Anastasia ha convertido el castillo de Alemania en un internado para la realeza. Aquí vivimos los hijos de poderosos reyes de todo el mundo. Tenemos clases para llegar a ser los mejores, formando más que alianzas, amistades.

Rebeka nunca ha considerado a Anastasia nuestra madre, pero si la adora como tal. No recuerda a nuestra madre, pero su recuerdo sigue vivo gracias a todas las historias que le cuento desde que era una niña.

Hoy es su cumpleaños número 18 y puedo decir que Ana y yo hicimos un buen trabajo. Nunca he visto una alegría que se compare con la de mi hermana. Tengo 26 años y desafortunadamente hace dos años me convertí en el rey de Alemania y Rusia.

Después de todo por lo que Ana tuvo que pasar en toda su vida puedo decir que sus últimos años de vida fue feliz

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Después de todo por lo que Ana tuvo que pasar en toda su vida puedo decir que sus últimos años de vida fue feliz. Fue feliz al coronarse reina de Rusia. Fue feliz al momento en que el pueblo que tanto la había buscado cuando era niña la recibía con una alegría autentica. Fue feliz al tener la oportunidad de amar a alguien tanto como lo hiso con sus hijos. Fue feliz al escuchar las primeras palabras de Regina. Fue feliz en el momento en que formé parte activa del consejo real. Fue feliz hasta su último aliento.

Me entregó una carta que mi madre escribió días antes de su muerte y me hiso prometerle que la leeríamos hasta que Regina cumpliera la mayoría de edad.

-Regina, tengo un regalo para ti, vamos.

Nos dirigimos a mi habitación y saco la carta de un cajón. Me mira confundida, pero al ver el sello se da cuenta de lo que es.

La abrimos juntos y comenzamos a leer.

Para mis amados niños, Ricardo y Regina:

Si están leyendo esto, significa que su tía ha cumplido su promesa y ahora ustedes son el futuro de estas dos importantes naciones. Ricardo, mi niño, me hubiera gustado estar ahí para verte crecer y verte convertido en todo un hombre. El niño que un día sostenía entre mis brazos ahora reina Alemania y Rusia, estoy orgullosa de ti. Hijo, tu uniste lo que nadie creía posible.

Regina, mi hermosa princesa, lo más seguro es que no me recuerdes, pero quiero que sepas que te amé con todo mi corazón desde el momento en que te tuve entre mis brazos. Te tuve que dejar y hubiera dado todo por ver tu sonrisa todos los días. Nunca dejen de ser felices, con sus sonrisas alegraban cada segundo de mi vida y ahora lo hacen con otras personas a su alrededor. 

Su abuela siempre se cuestionó una cosa... "Ser amada o ser temida" Mi madre fue amada, su tía fue temida, pero en verdad esa no era la pregunta. Lo que en verdad importa es que formen alianzas, amistades y enemigos. Pueden ser temidos y amados a la vez. Ricardo, tu eres mi legado y Regina tu eres la próxima reina.

Con amor, Astrid. 

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