⌗𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟𝗦 𝗟𝗜𝗞𝗘 𝗬𝗢𝗨
━ 𝘥𝘳𝘢𝘤𝘰 𝘮𝘢𝘭𝘧𝘰𝘺.
Los ángeles lo llaman placer divino;
los demonios, sufrimiento infernal;
los hombres, amor. No importa
como lo llamen, no es algo fácil de
conseguir.
Y a pesar de todos los...
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꒰ ❝TERCER CAPITULO❞ ꒱
El paso del tiempo para Lilith y Lailah era completamente diferente. Unos minutos, para Lilith, podían ser dos horas o incluso hasta meses.
Ya había pasado un mes desde el incidente y Draco estaba mejor que nunca. Sus heridas se habían curado completamente gracias al profesor Snape y apenas le habían quedado unas pequeñas cicatrices.
Cuando Draco salió de la Enfermería no perdió ni un solo minuto de su tiempo y pasaba todo su tiempo libre en la Sala de Menesteres, arreglando el armario. Incluso en las clases se dedicaba a escribir estrategias para que el armario funcionara, y eso a Lailah no le parecía bueno.
—Debes prestar atención a las clases, es importante para tu futuro, el próximo año darás los EXTASIS, y de eso dependerá tu futuro. —Le decía Lailah a Draco una tarde en la que el chico estaba especialmente concentrado.
Draco la estaba ignorando, como si no pudiera ni siquiera verla, eso había estado haciendo desde que salieron de la Enfermería hace tres semanas.
Lailah estaba preocupada, Lilith había afectado demasiado a Draco y ella no podía hacer su trabajo de protegerlo.
—Draco, no me ignores. Tu futuro...
—No tendré futuro si el Señor Tenebroso me mata a mí y a mi familia. Le espetó con bastante molestia.
—Y tampoco lo tendrás si no estudias. Deberías pedir ayuda, no debes sentir vergüenza por necesitar a alguien más.
—Créeme, contigo sin apartarte de mi lado es suficiente.
—Pero... —Draco no tenía tanta paciencia, agarró una lámpara vieja que tenía cerca y se la lanzó a Lailah.
La lámpara atravesó el cuerpo de la chica, quien suspiró pesadamente, su trabajo se había vuelto mucho más difícil.
Lailah comenzó a dar vueltas por el lugar, se sentó en el suelo lejos de Draco, pero lo suficientemente cerca para ver qué estaba haciendo. El chico cerró los ojos, nuevamente iba a probar que el armario funcionará. Sacó un pájaro que había robado y lo puso dentro del armario.
Se quedó mirando el armario ante él, levantó su varita y comenzó a cantar de manera inquietante.
—Harmonia nectere passus. —La superficie del armario brillo, temblando en la luz ambiental. Casi vivo. Luego se detuvo y Draco abrió el armario, el pájaro había desaparecido.
Volvió a cerrar las puertas y a pronunciar el conjuro. Una vez más abrió las puertas y el pájaro salió volando por la Sala de Menesteres.
—¡Funcionó! —Dijo Draco para luego gritar de alegría con gran regocijo
La felicidad no duró mucho.
—¿Quién está ahí? —Gritó una voz femenina. Lailah se acercó para ver quién era.
