4. Capitulo 3

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Caminé hasta la casa de Jacob, el día estaba lluvioso por lo que mis zapatos se hundían en el lodo y me era difícil caminar. Maldije al notar que el aroma de Jacob no estaba en el lugar, tan solo pude oler a su padre. Aún así no podía quedarme a la interperie.

Hace una hora, más o menos, Alice me dijo que las invitaciones terminaron de enviarse. Lo que solo podía significar una cosa, y eso era que Jacob ya tenía la suya. No tarde mucho en salir de la casa y llegar hasta la de mi amigo.

Toque con mi puño la puerta, claramente no tan fuerte, estoy segura de que ya de por sí Jacob está muy molesto y no necesita que un vampiro rompa la entrada de su casa.

- Hola Billy. -le saludé en cuanto abrió, este me sonrió.- ¿Ya la recibió, cierto?

- Me temo que si, -respondio suspirando- no vayas a buscarlo. Ahora mismo está fuera de sí.

- Quiero hablar con el, ¿Crees que regrese pronto? -Billy se hizo a un lado y hizo un ademán para que pasara.

- Será mejor que esperes adentro, Alison.

Hice una mueca, eso significaba que Jacob probablemente está mucho más que enojado y desquitaria su coraje por un buen rato. Le agradecí y entre, la casa estaba como siempre, nunca supe porque, pero siempre me sentía cómoda aquí, como en casa. Tal vez fuera por la buena vibra que emanan Jacob y Billy.

Billy me indico que esperara en el cuarto de Jacob. Le envie un mensaje a Charlie indicándole en donde me encontraba, no tengo intenciones de preocuparlo por no llegar a casa.

Ya falta poco para la boda de Bella, es irónico la forma en que el mundo se mueve. El día más feliz para mi hermana probablemente sería el más desdichado de Jacob, al menos por un buen tiempo. Varias veces le pedí a Jacob que dejara de lado sus sentimientos por Bella, en repetidas ocasiones me moleste mucho con ambos por su cercanía poco común, Bella le daba alas a su manera aún cuando ella seguía enamorada de Edward, además de que el no entendía razones, por más que le decía que solo saldría lastimado no me escucho. Maldito lobo masoquista.

~*~

Recorrí la habitación de Jacob por milésima ocasión, pasaron horas y aun no había rastro de Jacob. Suspiré pensando en qué tal vez debería volver después, pero saque esas ocurrencias de mi cabeza tan pronto como llegaron. Me senté en la cama.¿Que clase de amiga sería si me marcho a casa, sabiendo lo mal que la está pasando el? Es un idiota por no escuchar, pero uno que necesitaba apoyo.

- ¿Qué haces aquí? -pregunta Jacob entrando a la habitación, me mira extraño- Tienes los ojos rojos.

- Diablos, olvide comer antes de venir. -murmure molesta, con las prisas de llegar lo olvidé por completo.- ¿Aún tienes...? -asintio

- Tengo una. -se acercó hasta la cama y se agachó, buscando debajo de esta. Escuché como retiraba un pedazo de madera del suelo y seguido de eso se levantó, dándome una bolsa de sangre.- Es la última.

Me alegré de que Jacob aceptará tener un par de bolsas escondidas en su casa, últimamente vengo a visitarlo seguido, a veces sola o incluso en compañía de Logan, por lo que llegamos a la conclusión de que sería buena idea tener varias por alguna emergencia o situación cómo está.

- Gracias. -dije antes de abrirla y empezar a beberla.- ¿Correr por el bosque te ayudo? -se encogió de hombros

- Un poco, supongo que me ayuda a desquitar el coraje de una manera, ¿Sana? -dice sentándose a mi lado- Creo que cualquier cosa es mejor que arrancarle la cabeza a Edward Cullen.

Hasta el amanecer ~CREPUSCULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora