05: Comfort

942 127 48
                                    


Las fiestas lo abrumaban

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las fiestas lo abrumaban. No sabía cómo era que sus amigos siempre lograban de convencerlo de dejar su cómoda cama, su computadora, y salir al mundo a socializar, aunque lo más que hacía en una fiesta era beber, bailar un rato y estar en una esquina, mirando a sus amigos divertirse hasta que era hora de ir a casa, ya fuera porque uno de ellos estaba demasiado borracho, o porque ya era hora de cerrar el club. Había ocasiones, como ésta, donde salía a la terraza de la discoteca a respirar aire fresco.

Esa era una de las razones por las que le gustaba ese club en específico; nunca había alguien revisando la escalera de emergencia, así que podía subir, ver las luces de la ciudad y, cuando el cielo estaba despejado, ver la luna y las estrellas en todo su esplendor. Prefería mil veces hacer eso a estar rodeado de desconocidos, en un espacio demasiado cerrado para su gusto.

Había un poco de frío, pero no terrible; estaban a punto de entrar a la primavera, así que el clima por las noches ya no era tan abrumador.

Respirando hondo, Doyoung se apoyó sobre el barandal que había, para evitar que las personas cayeran al vacío tan fácilmente. Cuando se tenía un lugar lleno de personas en estados diferentes de ebriedad, era mejor tener algo así para evitar cualquier accidente.

Sonrió ligeramente, viendo a la luna llena brillar; se veía hermosa. Le tomaría una fotografía, pero sabía que no se vería demasiado bien, así que prefirió admirarla tal cual, mientras se perdía en sus propios pensamientos. Le encantaba estar así, solo, en su mundo. Siendo introvertido, había algo en estar sin nadie a su alrededor que le daba tranquilidad.

—¿De verdad vas a mandar al carajo nuestra relación así como así?

Doyoung volteó al escuchar a alguien hablar detrás de él, y vio a un chico de espaldas frente a la puerta. Frunció el ceño al pensar que podría estar hablándole a él, pero luego vio el teléfono en su mano y supo que no era con él el asunto.

—En serio estás actuando como un imbécil, Lucas.

No quería espiar en la conversación que ese chico estaba teniendo, pero la curiosidad le ganaba, aunque supiera que estaba mal hacerlo.

—¿Sabes qué? Puedes irte mucho a la mierda. Idiota.

Vio al chico colgar y apretar el celular en mano. No podía verlo bien, pero juraba que estaba llorando. ¿Debería decir algo? Era un extraño, pero el muchacho se veía bastante alterado. Quizás podría ayudarlo.

Mordiendo su labio, se acercó y tocó su hombro para llamar su atención. El chico brincó, probablemente asustado y alzó la vista. Doyoung se quedó paralizado unos cuantos segundos al ver su rostro. Sus ojos estaban rojos y debido a la luz tenue, no podía verlo bien, pero incluso así, juraba que era el muchacho más bonito que había visto nunca. Parecía un verdadero ángel.

—Lo siento, no quise asustarte —le dijo luego de volver en sí—. Disculpa por entrometerme, pero no pude evitar escuchar tu conversación —tragó, nervioso de verse como un loco que espiaba a los demás—. ¿Te encuentras bien?

February of  ᵈᵒʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora