0. COMIENZO

2 0 0
                                    

Desde pequeña siempre me interesé por la música. Recordaba que mi madre tocaba todas las noches con su vieja guitarra, yo reía y le pedía que nunca parara.

Pasé mis dedos sobre sus cuerdas. Aún podía escuchar las dulces melodías que salían de ella.

-¿Lista?

A mi costado, mi papá  pasaba llevando en cada lado mis dos grandes voluptuosas maletas. Intenté ayudarlo pero me despachó.

-Mmhh...creo que si-respondí mirando la casa.  

-Espero que te portes bien por allá, horrorosa.

Gustavo, mi hermano menor, salía por la puerta con otra maleta más. Que puedo decir, tenía muchas cosas.

-No puedo asegurar nada.

-Uy, mejor no me cuentes-arrugó su nariz.

Dejé mi guitarra encima del carro y me acerqué a él dandole un fuerte abrazo cuando se desocupó. Siempre me había llevado bien con él. Traté de no derramar lágrimas pero fue imposible. Ya no los vería dentro de un año, me era muy doloroso dejarlos despues de tanto tiempo juntos.

-Oye-me alejó un poco para mirar mi rostro- no mojes mi polo, es nuevo-dijo riendo.

-Tonto-le di un golpe en el brazo, me sequé mis mejillas con las mangas de mi suéter-. Espero que te portes bien en la escuela.

-Sabes que soy un ángel-me guiñó el ojo. Mi hermano tan coqueto como siempre.

-Creo que eso es todo-dijo mi papá cerrando la maletera del carro- Saben, yo tambien quiero un abrazo.

Caminó hasta nosotros y nos dió un graaan  abrazo de oso que casi nos dejó sin respiración. Cuando nos liberó, Gustavo y yo estabamos tan rojos como unos tomates.

-Creo que muchos abrazos por hoy-dije riendo.

-Seee- me siguió mi hermano.

Luego de unos minutos estaba en el carro con mi papá camino al aeropuerto. Por la ventana me despedía de mi hermano con mi mano  igual que él. Vi alejarse su figura cada vez más mientras avanzabamos, igual que la casa en la que me había criado.

Me acomodé en mi asiento y miré al frente.

-Lo harás bien- mi papá me dedicó una pequeña mirada y siguió manejando. Le sonreí agradecida por su buen ánimo.

Apreté mi guitarra contra mi pecho tratando de darme fuerzas. A pesar de que sabía que estaría con Laura, mi amiga desde la infancia, tenía muchos nervios y la ansiedad no me dejaba tranquila. Estaba dejando mi ciudad, a mi familia, a mis amigos y todo lo que conocía. Era un paso muy importante en mi vida.

-Eso espero-susurré para mis adentros.

Cuando La Primavera LlegóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora