II. Un gerente general en apuros

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La llegada de Laura Franken a la ciudad es mala noticia en muchos sentidos.  El principal siendo que se trata de una asesina a sueldo.  De hecho, es una asesina con un historial bastante largo y con un prestigio bastante sólido.  Lo sabemos bien, porque nosotros mismos la hemos contratado en más de una ocasión.

En ese sentido, juega a nuestro favor que tengamos una línea directa a ella.  Tenemos formas de comunicarnos con Laura, dado que de vez en cuando lo hacemos para darle una nueva asignación.

"¿Has intentado comunicarte con ella directamente?", le pregunto a Murphy.  Ella asiente con la cabeza.

"Sí, por supuesto", me responde. "Pero no responde"

"Sigue intentando", le ordeno. "Y por si acaso, dobla la seguridad"

"Le he pedido a Finn que asigne dos agentes más a tu protección"

La verdad era que dos agentes más era un desperdicio.  Laura podía con dos más o con diez más.  Era una profesional que nos había sorprendido en múltiples ocasiones con sus hazañas.  Estábamos hablando de una persona obsesiva y muy inteligente.  Si Laura me quería muerto, lo más probable era que lo consiguiera.  Y pronto.

Lo cual podía resultar un alivio para mí.  Morir de esta manera podía significar un escape a mi situación actual.  Odiaba mi situación actual, pero no era posible escapar.   Estar al servicio de vampiros era la peor de las prisiones.

"¿Podemos averiguar quién la ha contratado?", pregunto.

"Podemos hacer el intento.  Pero va a ser difícil", responde Murphy inexpresiva como de costumbre.

"Asigna esos dos agentes a investigar eso", le ordeno. "Serán más efectivos en evitar mi muerte si logran averiguarlo pronto, de tal manera que sepamos de qué se trata esto"

"Hay otro camino obvio que deberíamos considerar", añade Carolina Roman, una señora de unos 50 a 60 años y gerente de recursos humanos del grupo. "En unas horas se ocultará el sol y se despertarán ellos"

Todos miramos por la ventana al exterior. Fue un impulso que no podíamos evitar. Todos tenemos sentimientos encontrados con respecto a nuestros empleadores.

"Quizás si hablamos con Sebastián, podamos pedirle el favor", continúa Carolina. "Que ellos vayan por Laura y la eliminen antes de que ella nos pueda hacer daño a nosotros.  Estoy segura de que los De la Cruz te estiman y van a sentir necesario proteger lo suyo"

"Puede ser", respondo. "Pero entonces estaría en su deuda a otro nivel.   No quiero lo que viene adjunto a una deuda de ese tipo.  Menos aun con un vampiro impredecible como Sebastián"

"Además", añade Dante. "Es nuestro trabajo quitarles de encima estas preocupaciones. No deberíamos estarle llevando estos problemas a nuestros jefes.  Deberíamos estarles simplificando el mundo"

"Y está también el problema de la limpieza", interviene Murphy. "Si Sebastián y sus... allegados... van tras Laura y la agarran, la van a partir en pedazos y crearán una escena del crimen difícil de olvidar. Tendré que mandar un equipo a limpiar el lugar y a pagarle dinero a la policía para que deje pasar este episodio. Sería una verdadera complicación"

"Estoy de acuerdo", asiento. "Por el momento nuestro plan A es esperar a que los agentes de Murphy puedan averiguar cuanto antes quién pagó por mi cabeza"

"¿A quién vas a poner en este caso?", pregunta Dante, sentado junto a Murphy.

"En el pasado hemos usado a Morgan para estas cosas", responde ella sin hacer contacto visual con nadie.  Sabe perfectamente el efecto que causa la mención de ese nombre en los demás.

Los vampiros de la calle AbastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora