XXXIV. Detalles finales

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Salgo solo a la calle. Al frente me están esperando mis cinco mercenarios, Ana y Morgan. Me acerco a ellos a paso ligero.

"¿Cómo va el conteo?", me pregunta Morgan. "¿Tendrá sentido convocar a una sesión nueva del directorio?"

"No lo sé aun", les respondo en voz baja. "Son cinco miembros. De estos, sabemos que William no va a acudir, así que nos quedan cuatro votos. De estos, dos están de nuestra parte: el de Largo Alba y el de Joseph Anders. Los otros dos son De la Cruz. No sé cuán leales serán a Griffin y a Beatriz"

"Orlando es conservador", comenta Ana. "Él añora las épocas antiguas en las que los vampiros no tenían que temer a los seres humanos. La lógica sugiere que él apoye a Griffin y al surgimiento de Beatriz"

"¿Y de Dana qué sabemos?", pregunta Morgan.

"Es impredecible. En las sesiones en las que he coincidido con ella ha estado a veces a favor de William y a veces en contra. No lo sé", respondo. "Solo nos queda una alternativa si es que queremos ir a lo seguro"

Le indico a Drakken que se acerque.

"Comunícate con Bert. Dile que mande al equipo C por Dana", le indico. "Ahora vayamos a la casa de los Alba. Ahí esperaremos a que sea la hora del directorio"

"Perdón, disculpe, señor", Morgan me pone una mano en el hombro. "Creo que debemos tomarnos un segundo para pensar sobre lo que estamos haciendo. Señor, ¿está seguro de que este rumbo es el más conveniente? Perdóneme por decirlo, pero me parece como si se estuviera rebelando al cambio por el ánimo de rebelarse. Quizás deba considerar la posibilidad de que haya sido un hijo modelo toda la vida y luego pasar a ser el ejecutivo modelo y ahora el gerente general ideal. Siempre ha hecho lo que se esperaba de usted. Y ahora que se presenta una situación incierta, se rebela contra todo y lucha contra el cambio"

Yo lo miro sin estar seguro de qué responderle. Sí, por supuesto que hay algo de eso. Yo siempre he hecho lo que me han dicho. Pocas decisiones las he tomado yo por mi cuenta. No hay sorpresa en ese sentido.

"Ésa no es la cuestión, Morgan", le digo. "Mis sentimientos son una cosa y uno de estos días me haré revisar por recursos humanos. Aun así, con mi personalidad en conflicto y todo lo que dices pudiendo ser cierto, tenemos que pensar qué es lo correcto"

"Exactamente. A eso quería llegar precisamente", continúa Morgan. "¿Cuál es nuestro escenario ideal? ¿Qué es lo que obtendríamos si es que todo lo que hemos planeado sale como lo habíamos planeado? No me queda claro cuál es nuestra propuesta. Como consecuencia, no me queda claro si nuestra propuesta es mejor que la de Laura"

"Beatriz De la Cruz no nos conviene como presidenta del directorio", comienzo.

"Pero ella de todas maneras iba a tomar el control del Grupo en tres años. Esa situación se está adelantando, nada más. De todas maneras íbamos a tener que tratar con ella entonces. ¿Es realmente tan malo? Y si lo es, ¿por qué recién estamos tomando cartas en el asunto ahora?"

Yo lo miro. Sé que tiene razón, por supuesto. Beatriz es apenas un poco peor que William, pero no mucho más.

"Ya es demasiado tarde para dar marcha atrás", digo finalmente. "Las ruedas ya están en movimiento. No las puedo parar"

Morgan se queda mirándome por un momento.

"¿Sabe qué, señor?", habla finalmente. "Tenía mis dudas con respecto a usted. No estaba seguro de que fuera la persona adecuada para esta rebelión. Me da pena haberme equivocado. Ni siquiera con la cara frente a las puertas en llamas se decide. Por lo que veo, estamos aquí porque usted se ha dejado llevar. ¿Ni siquiera ahora, poco antes de la batalla final, puede decidirse? ¿No puede darme un argumento sólido a favor o en contra?"

Los vampiros de la calle AbastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora