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—finn— llamó el pequeño con un poco de vergüenza y tristeza — siento mucho haberte contestado así ayer cuando me pediste ayuda — soltó con un poco de pena. finn rio.

—no pasa nada pequeño — dijo el azabache mientras revolvía el cabello del pecoso haciendo que este cerrara los ojos — eres muy adorable jack — confesó finn con una sonrisa de oreja a oreja.

las mejillas de jack se tornaron a un rojo intenso, nadie le había dicho esas palabras, nunca.

—¿g-gracias? — dijo confuso y tartamudeando.

jack se dio la vuelta y se sentó en su lugar a esperar que la clase empezara. trigonometría le encantaba, era muy especial en esa asignatura. le fascinaba.

el profesor llegó haciendo que todos los del aula cerraran sus bocas y atendieran al profesor. finn miraba a jack, no podía evitarlo, era hipnotizador. jack sentía una gran mirada en el pero intento ignorarlo, no lo consiguió ya que mira hacia sus lados y detrás. al darse la vuelta vio esos ojos negros mirándolo con intensidad y concentración haciendo ver al pequeño como si de una obra de arte se tratase.

finn al ver a jack mirarle se dio cuenta de lo que estaba haciendo y aparto la mirada. jack volvió a ver la pizarra hasta que unos minutos después, cayó una nota en su cuaderno.

"¿quieres ir al parque después?"

jack miro otra vez a finn quien tenía una sonrisa en su rostro mientras esperaba la respuesta del pequeño.

jack asintió.

finn sintió cómo fuegos artificiales explotaban en su estómago. la persona que le gustaba había dicho que si a pasar una tarde con el en el parque.

jack — llamó el profesor — ¿me puedes decir el volumen final de este prisma? — preguntó esperando la respuesta del pecoso.

si, es doscientos coma ochenta y dos centímetros cúbicos — soltó.

correcto — afirmó el profesor.

"Obviamente que es correcto, ¿no ve que soy el mejor en esta clase de gilipollas que no saben ni porque están trigonometría avanzada cuando no saben que es un cateto?" pensó el pequeño.

el timbre sonó dando a saber que era la hora de la salida, finn recogía y jack también.

bueno, ¿pasó por tu casa a recogerte? — preguntó el azabache con una sonrisa.

jack de puso nervioso, finn no sabia que vivía en un centro de menores ya que sus padres murieron, o eso era lo que creía jack de finn.

no — dijo firme — quedamos en el parte directamente— dijo con una sonrisa (mejor dicho una mueca) jack no estaba acostumbrado a sonreír.

está bien — dijo finn — a las cinco y media en el parque de los patos.

jack asintió, cogió su mochila y se fue al mirar que la furgoneta blanca estaba ya en la entrada.

adiós finn, nos vemos después — salió.

adiós jack.

imagine - fack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora