Capítulo 08

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Rusia lanzó una mirada incómoda a su alrededor y metió ambas manos en los bolsillos de sus jeans. No le gustaba estar en el asiento intermedio del avión, él quería estar en la ventanilla y poder observar todo además de ignorar a la azafata que trataba de venderle comida de mal gusto como carne seca, manís viejos y sándwiches resecos, puaj.

Al menos le había tocado sentarse a un lado de Alemania y no de USA así como le pasó al pobre de México.

Aquél latino con estereotipos de sobra incluso había empezado a hacerle señas a Argentina suplicándole que le cambiara el asiento; el argentino no hacía más que burlarse de él sacándole el dedo medio de su mano enyesada y dedicándole sonrisas divertidas.

Queridos pasajeros, despegaremos pronto, se les pide apagar todo aparato electrónico en 10 minutos. Gracias por su cooperación.

—¿Qué es lo que tanto miras en tu celular? —le preguntó Rusia al alemán mientras intentaba asomarse por la ventanilla de su lado.

El chico de gafas alzó la vista en su dirección para verle directo a los ojos y de repente con voz gruesa y mirada fría preguntó:

—¿Realmente quieres saber?

—¿Para qué te estaría preguntando si no quisiera saberlo? —cuestionó el ruso con voz dudosa a modo de respuesta.

—De acuerdo, ahí lo tienes —dijo Alemania desinteresado aventándole el móvil que por suerte Rusia atajó a tiempo antes de que se le cayera a la alfombra del avión.

El chico de ushanka miró el celular de su amigo de infancia y actual «ami-enemigo»; ¿realmente quería saber lo que tanto este veía en su teléfono? Porque justo en ese momento Rusia recordó que Alemania pasaba mucho tiempo con Japón.

Alguien que tiene un chip de memoria con más de 18Gb no es de fiar.

Pero que más daba, fuese lo que fuese daba igual. No es como si Rusia no hubiera visto fotos calientes o desnudos antes, ya no era un niño después de todo.

Así que con mucha calma abrió la galería del celular de Alemania esperándose senos o... o dependiendo del gusto. Pudo ver tres carpetas, la primera se llamaba «Reisen», lo que él supo que significaba 'Viajes' en alemán. La segunda estaba llena de varias cosas, como una sopa revuelta de capturas de pantalla, memes, videos, y fotos de él mismo que ya había publicado en redes sociales. La tercera carpeta se llamaba «Ignoriere es mit Geduld», significaba 'Ignorar con paciencia', lo que le hizo fruncir el ceño confundido y aumentó su sentido de curiosidad en un 100%.

Al entrar a la última carpeta, «Ignoriere es mit Geduld», inmediatamente se dio cuenta de que esta tenía muchas más fotos que las demás.

100, 250, 300, 470, casi 600 fotos...

Todas de Polonia.

Rusia se levantó de su asiento, le devolvió el celular a Alemania, caminó hasta dónde estaba México y USA, le dijo algo en el oído al mexicano convenciéndolo de levantarse, y finalmente con la mirada perdida en el infinito se sentó a un lado de Estados Unidos mientras México caminaba muy relajado a sentarse con Alemania,

El norteamericano frunció el ceño y observó al ruso con desprecio preguntándose: «¿Por qué vino hasta aquí? ¿no podía sentarse en otro sitio?».

—Existen cosas de las que uno prefiere no enterarse. El mundo está llenos de cosas tan ridículas pero malignas al mismo tiempo que a veces me preguntó por qué sigo siendo parte del mundo —murmuró Rusia.

—¿Estás hablando de tu comunismo dictador disfrazado de socialismo? —preguntó USA llevándose un sándwich a la boca.

—¿Ya vas a empezar? —el ruso le miró ofendido.

¡BOOM! ★ Country humansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora