Capítulo 37

16.6K 2K 1.9K
                                    

—Estoy preocupado por todas las llamadas que te hizo Colombia por la mañana —le confesó Ecuador a Perú con una mueca inquieta mientras sujetaba un vaso desechable de café—. ¿Y si era una emergencia?

—No me hagas sentir mal por tener el teléfono en silencioso —dijo el peruano cabizbajo frotándose los brazos por encima de su suéter anaranjado; hacía algo de frío allí en territorio estadounidense—. Seguramente están bien... si hubiese sido una emergencia seguro que te llamaba a ti en vez de a mi.

—Bueno, si es verdad... —estuvo de acuerdo el ecuatoriano y luego frunció el ceño haciéndose el molesto y dijo—: ya se estan tardando mucho —refiriéndose a Panamá, Brasil y el uruguayo, quienes ya llevaban un buen rato dentro del pequeño baño del aeropuerto, demasiado tiempo como para sólo estar haciendo del «2».

—No sé, pe'. ¿Los voy a buscar? —preguntó el chico de chullo azul marino, a lo que Ecuador negó rápidamente.

—¡Ay no! Yo sé que si entras después de ahí no me sales y yo no me quiero quedar solito —dijo el latino tricolor con un escudo y luego bebió de su café para continuar—, ¿no te acuerdas de la vez que te dejé entrar con Venezuela al closet de Costa Rica y se quedaron ahí meti'os como por media hora? ¿qué mierda estaban haciendo ese día? —preguntó frunciendo el ceño.

—Ah, es que cuando entramos al closet Vene me dijo: «Este mardito chancero me cae mal, nojoda»... y después empezó a amarrar las piernas de los pantalones uno con los otros, y las franelas manga larga también, ¡ja, ja, ja! —explicó Perú risueño—, pobre Costa Rica, él solamente quería saber si a Colombia le gusta «Game of Thrones».

—Nah, Costa Rica lo que quiere es que Colombia le... Hey —se interrumpió a sí mismo—, ¿ese no es ONU? —cuestionó Ecuador alzando la mirada por encima del hombro de Perú, quien no tardó en voltaerse para ver también lo que el ecuatoriano veía tan insistente.

—¿Dónde? No lo veo... —murmuró el peruano entrecerrando los ojos confundido—; ah, ya lo vi.

—¡ONU! —llamó Ecuador al sujeto extrañamente medio uniformado, el cual se sobresaltó con el grito y parecía estar un poco apresurado (como escondiéndose de algo o de alguien).

—¡ONUUU! —vociferó el chico de chullo haciendo un megáfono alrededor de su boca con las manos y pudo ver como el hombre al cual gritaban alzó una mano en señal de saludo y sonrió.

ONU, a lo lejos, logró divisar al dúo de latinos sentados en una banquilla de metal cerca de la puerta del baño para caballeros. Mirando a ambos lados con atención entre todos los turistas y pasajeros que caminaban por alli de un lado a otro, tardó un poco en reaccionar y cruzar entre toda la gente cual autopista para luego trotar cautelosamente hacia Perú y el ecuatoriano sin llamar la atención de ningún guardia (los cuales prohibían estrictamente correr en el aeropuerto).

—¡Hola! —exclamó ONU con una bufanda púrpura alrededor del cuello y una chaqueta negra alcolchada que decía «seguridad» cuya medalla no se podía ver por culpa de la bufanda—, ¿qué están haciendo ustedes dos aquí?

Perú le miró con cierta sospecha; ONU se veía muy agitado, por lo que se notaba que llevaba rato corriendo por ahí como loco. Sin embargo, Ecuador preocupado por sus hermanos ignoró esos detalles por completo y se adelantó a preguntar por el bienestar de ellos.

—¡Ay, gracias a dios! ONU, no sé donde estan ni Colombia ni Venezuela, estoy preocupado, por favor dime que sabes donde estan —pidió el ecuatoriano con ojitos suplicantes delante de él esperando una respuesta positiva.

¡BOOM! ★ Country humansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora