V. Little John and Arthur.

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Un par de semanas pasaron, y ahora habían dejado Blackwater, de aquello que pasó mientras estudiaban no se había hablado más.
En ese tiempo el pelinegro había progresado un poco en la busqueda de avanzar en el aprendizaje de la lectura.

Ahora su pequeño campamento estaba en New Hanover, al norte de Valentine, cerca del río escondido entre los árboles.
Era una ubicación muy buena a decir verdad, de una forma u otra les hacía sentir seguros, pero una de las cosas que más que le gustaban a John era la vista, de ahí se apreciaban las grandes y nevadas montañas con más claridad, el clima era más frío pero reconfortaba el estar cerca de una fogata o simplemente estar cubierto con un gran abrigo.

El pastizal ahí era verde y lleno de colorida vegetación y la fauna no era escasa como en las llanuras secas de West Elizabeth, ahí los ciervos eran abundantes y los conejos, así que en el ámbito de la comida les era más sencillo cazarles.

Dutch iba y venía de Valentine, claro traía víveres pero también traía notícias sobre un grupo de ricas personas que vendrían a dejar su dinero al banco, entonces eso se convertía en algo de su interés, el pelinegro tenía algo en mente, Hosea parecía discutirlo con el, y Arthur sólo rodaba los ojos.

John estaba sentado sobre su petate metido en su tienda con su sombrero descansando a su costado, tenía en sus manos un filósofo cuchillo y un trozo de madera, éste tallaba con cuidado tratando de darle forma, pero cada vez que cortaba algo y arruinaba el proceso soltaba un bufido.
Morgan lo observaba de reojo, el estaba afuera sentado en la mesa del centro del muy pequeño campamento, pero le resultaba muy adecuado el estar ahí simplemente pasando el tiempo. Tenía en sus manos su propio diario donde dibujaba plácidamente pero los quejidos y bufidos de John le desconcentran haciéndole fallar y dejaba unos rayones en el papel.

— John, cállate.—

Arrojó sin cuidado para después sacar la lengua como si esto le ayudase más a concentrarse para continuar garabateando.

— ¿Qué? no estoy diciendo nada, idiota.—

Le miró unos segundos con clara molestia en el rostro, el mismo ya se había estresado con esa pequeña figura deforme de madera, claro, luego vino la frustración.

— Te quejas demasiado, sólo calla ¿bien?—

Marston soltó una risa fingida.

— Discúlpeme, mi señor.—

Y el rubio no respondió así que John continuó sin decir nada más, pero bien si jadeó cuando sintió el filo de la hoja deslizarse un poco sobre la palma de su mano dejando salir la sangre.

— ¡Tssss;! ¡Mierda!—

Se paró de donde estaba dejando caer pequeñas gotas de líquido carmesí sobre el suelo de tierra.
John bajó al río, al estar tan cerca le pareció lo adecuado.

— Grandísimo idiota. —

Se acercó a la orilla y se puso de cuclillas, se maldijo a si mismo una vez más para después hundir su mano sobre el agua siseando por el dolor y la temperatura del agua.
Ésta al bajar de las montañas congeladas resultaba estar con obviedad muy fría, pero eso calmaba un poco el dolor.
No era una herida profunda sin embargo dolió, poco a poco el dolor se fué y la hemorragia paró.

Después sintió un golpe delicado y hueco sobre la espalda, se giró para encontrar en el suelo un trozo de tela blanca y Arthur a unos metros esperando recibir las gracias.

— ¿qué, vienes a burlarte?—

Marston tomó la tela y la enredó en su mano.

— Oh, no.. Nada de eso. Me hubiese burlado en el momento en el que te cortaste como un idiota.—

I have a plan, John. [Arthur x John]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora