Stranger girl {Billy Hargrove}

Camino de rosas y espinas

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.

Uno.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.

Dos

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.

Tres.

- Crystal no pasa nada- me decía mi hermano- todo está bien.

Estaba en el suelo sentada, intentando controlar mi respiración, tratando de disipar la sensación de ahogo y el mareo.

- Coge aire, suéltalo, coge, suelta, lo haré contigo- miro como se sienta junto a mí pero sin tocarte- cogemos, soltamos. Cogemos, soltamos.

Me fui centrando en mi respiración, en cómo calmarla, en que todo estaba bien.

De repente noto un peso en mis hombros y me sobresalto.

Es Billy.

Billy me acaba de poner mi chubasquero amarillo en los hombros.

No tardo mucho en abrazar la prenda y echarme a llorar, siendo totalmente arrollada por mis sentimientos.
Puede parecer que no presto atención al mundo, pero es que me abruma. Me abruma de un manera aplastante. Es como si pasara sobre ti, volando, un montón de sonidos, colores y sentimientos.

Simplemente era demasiado.

Y ahora sólo lloraba, abrazada a mi chaqueta, sentada en el suelo.
Ni siquiera sabía muy bien porqué.

Supongo que era por todo un poco ¿no? El demogorgon, los animales muriendo, Jonathan, Billy, Martha, la presión de la cena, la presión de mis padres, echaba de menos a Jules y sentía que todo escapaba de mi control.

Seguía en el suelo.

Steve seguía sentado cerca de mí.

No sabía dónde estaba Billy.

- ¿Mejor?- preguntó mi hermano después de que hubiese contado tres minutos y veintiocho segundos.

Asentí con la cabeza y me levanté despacio, aferrada a mi chubasquero y bajo la atenta mirada de él.

- ¿Me abrazas muy fuerte por favor?- pedí mirando al suelo.

En segundos los brazos de Steve me rodeaban con fuerza y eso terminó de calmarme. Era como si te atasen un ancla al cuerpo que te hiciese bajar del caos, algo que te sostiene firme.

Levanté la vista y me encontré con Billy saliendo de la cocina con un vaso de agua. No sabría decir si el vaso era para mí o para él mismo o si estaba incomodado por la situación. No se me da muy bien leer a las personas.

- ¿Ya estás mejor?- me preguntó Steve en un susurro.

Yo asentí una vez y me separé.

Billy me tendió el vaso, para sorpresa mía y suya al parecer, le agradecí y me lo bebí de un trago.

Me puse el abrigo y esperé en la puerta a que Steve se preparara para salir.

Nos pusimos en marcha y con Billy en su coche detrás de nosotros.

- ¿Sois amigos?- dijo Steve.

Le miré sin entender.

- Billy y tú.

- No realmente, sólo que a raíz de lo del Demogorgon tuvimos que aunar fuerzas. No es tan malo como parece- comenté mirando por la ventana.

- No me gusta- soltó mi hermano- no me gusta ni un pelo.

- Pero ¿no te gusta por cómo se comporta en baloncesto, por qué ha herido tu orgullo o por qué, prácticamente, ha ocupado tu posición social?- dije con total tranquilidad.