Por siempre y para siempre

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Isabel...

Escuche los cascos de un caballo cabalgar lentamente y mi cuerpo se movía de un lado para otro al compás de los pasos del animal, solté un gemido de dolor, no sabía de donde, pues mi cuerpo entero estaba a dolorido, sentí un que me apretaron con fuerza pero no lo suficiente para causarme algún daño, abrí mis ojos lentamente y me encontré con unos ojos azules que me veían serios.

Me tenía abrazada con su mano izquierda contra su pecho y con la mano libre dirigía a su caballo.

-Despertaste - dijo con indiferencia.

Recordé todo, mis padres ellos estaban muertos, las lágrimas invadieron mis ojos y lloré, lloré como nunca antes, el solo me sujeto con fuerza y levantó la mirada para poder ver por donde iba.

Después de un tiempo llegamos a una cabaña, aquel hombre bajo del caballo conmigo en brazos se dirigió a la puerta y tocó, al poco rato un hombre de cabello castaño y largo abrió la puerta acomodándose los lentes, era de madrugada, lo lógico es que todo el mundo estuviera dormido.

-buenas noches, ¿que ocurre?-dijo extrañado, mirando fijamente al señor de cabello rubio, luego posó sus ojos en mi-pase, atenderé a la niña.

- el doctor jeger supongo?, perdone molestarlo a esta hora-se disculpaba el hombre mientras entraba a casa del doctor.

-no se preocupe- decía el doctor cuando el rubio me depositaba en la mesa-pero que le pasó a esta niña... te curaré las heridas... puede dejarnos solos ¿sr.?-
preguntó el doctor viendo al sujeto que lo acompañaba.

Erwin, Erwin smith, claro- y salió de la cabaña.

- hola, pequeña soy el doctor jeger pero puedes llamarme grisha- me dijo con una sonrisa yo solo lo miré, se la pasó hablando de todo mientras me curaba las quemaduras, dijo que estaba casado y que su esposa tenía 4 meses de embarazo, yo solo escuchaba y no decía nada, cuando termino llamo a Erwin.

- estará bien, la única herida grave es la de su brazo izquierdo la quemadura era realmente espantosa, y creo que aún está en shock por eso no dice nada, pero dígame cómo es que ocurrió el incendio? ¿Fue en su hogar? Debería de cuidar mejor de su hija.- decía el doctor jeger.

- lamentó decir que se equivoca doctor pero no del todo, ella no es mi hija, y la rescate de un incendio, muchas gracias, estaba preocupado- dijo con una sonrisa Erwin.

- discúlpeme- una vos apenada salía del médico - creí que...- Erwin no lo dejo terminar.

-soy un soldado de la legión de reconocimiento, no creo casarme algún día, vivo al día... no sé hacer más que eso, no quiero morir sabiendo que dejé a mi familia desamparada, creo que no tendré una nunca- se lamento Erwin.

-ustedes los de la legión son especiales, yo no podría hacer lo que ustedes hacen- dijo el doctor con admiración.

- yo nos llamaría tontos- y una carcajada salió del rubio- quien podría arriesgar así su vid..- pro fue interrumpido por el sonido de los golpes en la puerta.

-noche agitada- dijo el doctor mientras habría y ahí estaban ellos, vistiendo lo mismo que los que mataron a mis padres.

-soldado Erwin smith, se exige su presencia en este momento en el palacio real de igual manera que la niña Isabel- dijo el soldado yo solo vi a Erwin que me devolvió la mirada.

Nos despedimos del doctor yo no dije nada pero le agradecía desde mi corazón, creo que él lo sabía y nos subimos al carruaje que nos esperaba el camino fue largo y no dijimos nada, pronto me quede dormida.