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Isabel...

Un suspiro abandonó mis labios, había terminado de releer el mismo libro por octava vez. Estaba en cama sin poder siquiera moverme, estaba aburrida, hace más de tres horas que levi se fue para supervisar el entrenamiento de los cadetes, dejándome estrictamente prohibido hacer algún esfuerzo que afecte mi salud, aún no podía creérmelo, levi y yo estábamos juntos, estaba feliz, no podía entender cómo alguien podía soportar tanta felicidad sin explotar, después de aceptar ser su novia, por así decirlo ya que prácticamente me lo ordeno, nos abrazamos un largo rato y me pidió algo que verdaderamente no sé cómo lo lograré "por favor mocosa, enséñame a querer...".
Debo decir que nunca eh tenido algún novio, solía gustarme el vecino de la cabaña donde vivia en mis días de civil, pero nunca pasó nada, luego de eso entré a la legión y conocí a levi, aún que algunas veces Alberth parece mi novio, eso me hacía sentir bien, pues en algún momento de mi vida estuve "enamorada" de él, ahora estoy segura que fue solo mero agradecimiento por cuidar de mi todo este tiempo ya que no iguala al sentimiento que profeso hacia el que es conocido como el hombre más fuerte de la humanidad, pero al igual que levi no sé cómo llevar una relación, el por no tener algo fijo y estable hasta ahora y yo por ser nueva en esto de tener pareja.

Estaba sumergida en el mar de pensamientos cundo unos golpes gentiles se hicieron escuchar en la puerta.

- adelante- dije mientras me acomodaba para quedar semi sentada en aquella dura cama.

- puedo jurarte que extrañe esa hermosa voz- decía Erwin sentándose a un costado de mi cama- ¿cómo estás, pequeña?.

-¿en verdad me extrañaste? Bueno estoy mejor ahora que estás aquí- dije acurrucándome en su pecho, cosa por la cual me arrepentí pues el dolor se hizo presente.

- soldado debe tener más cuido, por las muecas que hiciste supongo que esas costillas rotas tardarán en sanar- me rodeo con sus brazos creando tierno abrazo, sin apretar demasiado.

- no tienes idea del dolor que siento, por cierto Erwin ¿a donde fuiste?, levi dijo que habías salido junto con Alberth.- dije separándome de él

- ¿levi? Creí que ustedes aún no estaban bien, aunque nunca me dijiste porque estaban molestos, ahora que lo pienso tampoco levi ya que siempre que trato de preguntarle evade el tema.

- eso no importa, pero ahora estamos bien- claro que no le diría que éramos novios, aún no era el momento.

- ¿como antes?- preguntó

- si- estamos tan bien que ahora somos novios, nunca le diría eso- ya Erwin aún no me respondes a ¿donde fueron.?

- esta bien Isabel, a partir de ahora te hablaré como comandante de la legión y no como tu padre.- se levantó de la cama para quedar frente a la ventana.

- claro, papá comandante.-
Reí divertida

- podrías decirme papá siempre, no le estoy quitando el lugar a tu padre, admiraba a él sr. Francisco, por eso trató de que nunca te falte cariño.- su mirada expresaba melancolía.

Ok, eso definitivamente me dolía ya habían pasado 14 años y aún dolía como el día en que mis padres murieron.

- lose comandante- Erwin entendí perfecto, no quería seguir hablando de eso.

- capitana Isabel, Isabel fritz , cuando usted estaba inconsciente, un soldado de la policia militar vino al cuartel como siempre después de cada misión extramural para preguntar si usted había regresado con vida, naturalmente como de costumbre le extendí el informe de la misión diciendo én el que tu estado era grave, mi plan Isabel era hacerte pasar por muerta y esconderte en algún distrito alejado- -al notar mi rostro de confusión y molestia, prosiguió- no te lo tomes a mal Isabel, sé que no te gusta que tome decisiones a tus espaldas pero era el mejor momento sólo quise aprovecharlo, después informaría tu muerte y enviaría un cuerpo irreconocible a sina diciendo que era el tuyo y así poderle dar un entierro decente.

Por siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora