06 | HARRISON'S CAVE

210 34 147
                                    

      La primera parada, luego de atravesar Bridgetown —la capital de la isla—, es la Cueva Harrison

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

      La primera parada, luego de atravesar Bridgetown —la capital de la isla—, es la Cueva Harrison.

    Intento despertar a Ho Seok, me da miedo que gruña como un tigre en su siesta. Aún así, sonrío amplio ante esa idea. Hye Jin cruza el pasillo del autobús, donde aprovecha sacar una fotografía de él, con sus labios entreabiertos, húmedos y carnosos a la vista. Esto provoca en ella un escalofrío abrupto, causado por el obrar de su travesura.

     —¿Qué haces? —susurro divertido, lavándome las manos de la situación.

    Claro está.

    Ella pone su dedo índice en su boca, pide silencio, casi como una súplica de que fuera su cómplice. Lo acepto. Es fenomenal que se guardara una foto, para que pudiera contemplar su hermosa carita preciosa y adormilada. O quizá para burlarse de él y convertirlo en un meme.

     ¿Qué voy a saber yo? ¡No soy un telépata! 

     Bueno sí, pero no les voy a decir. 

      La cuestión es que, la tonta puso su cámara en video, al hacer un acercamiento: tendrá un corto de unos segundos. 

      Ho Seok en ese instante despierta despacio. Des-pa-cito.

Su toma se arruinó cuando aparta de su rostro la cámara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su toma se arruinó cuando aparta de su rostro la cámara.

     —¿Qué estás haciendo, Chihuahua? ¿Me estabas sacando una foto? ¡Vas a ver!

      AW. LE PUSO UN APODO SÚPER CURSI. Perdón, ya me calmo con las mayúsculas.

    Lo veo pararse alarmado, toma el brazo de ella con una fuerza impaciente, eso que causa que se quejara en voz alta, doblándose temerosa. Se volvió un gusanito inquieto en su poder. Intenta soltarse, mientras contiene un chillido molesto, de esos que suelen soltar las cotorras en peligro. O un ave cualquiera que nos moleste la audición. ¡No puedo imaginarlo todo yo!

     —¡Vamos! Tenemos mucho que ver, jóvenes —comenta la guía turística desde abajo.

       Hye Jin aprovechó para escapar ante la milagrosa distracción, salvada por la campana, esconde enseguida su teléfono en el bolsillo de su asistente antes de que a él se le ocurriera quitárselo.

MAGICAL SUMMERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora