¿La Última Vez?

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Abigail.

Mayo, 1

Pasaron unos minutos más hasta que llegó la hora de abordar el avión, Joel tomó de la mano a Luciana y le ayudo con su maleta yo hice con Sebastián mientras que Jos y Erick venían detrás de nosotros.

Mostramos los pasaportes y después los maleteros se llevaron nuestras maletas mientras nosotros caminamos por un túnel hasta llegar al avión.

Los asientos eran para tres personas así que:

-Yo quiero ir con Jos-Habló Luciana y asentí, fue hacia a él-

-Ay...yo también...-Sebastián iba acercarse a Jos pero lo detuve-

-No, tú te vas a venir conmigo-

-Lo siento pequeño, me toca ir con Jos-Habló Erick-

Y así quedamos, Erick, Luciana y Jos juntos y delante de ellos estábamos Joel, Sebastián y yo.

-Tienes muchas cosas que explicarnos... Sebastián-Le dijo Joel serio y asintió-

Abrochamos nuestros cinturones y el avión despegó.

(...)

-Pues es que yo quería que más personas nos acompañarán pero sabía que ustedes no iban a querer-Bas se encogió de hombros-

-Es que no es eso, nos mentiste y les mentiste a ellos también-Le dije-

-Pues yo sólo quería hacer más divertido este viaje, no pensé que se molestaría tanto-

-No estamos molestos por eso-Le dijo Joel-Estamos molestos porque dijiste mentiras-

-Perdón...en serio pero pensé en que era la única forma de reunirnos-

-Ay Sebastián-Negué-

-Está bien hijo te perdonamos, pero no lo vuelvas a hacer, nosostros no te hemos enseñado a mentir-Le dijo Joel sereno-

-Menos mal que no pasó a mayores pero en serio Sebastián, no lo vuelvas a hacer-Le dije y asintió con una leve sonrisa-

En lo que siguió del viaje fue tranquilo, podía escuchar como Luciana se llevaba perfectamente con Jos y parecia que con Erick el viaje era más divertido entre los tres.

Y aquí como Sebastián estaba en medio de mi y de Joel no podíamos hablar mucho porque de seguro estaría preguntando muchas cosas, así que le di permiso de jugar videojuegos en su PC.

Más tarde nos dió sueño así que me aseguré de que los niños estuvieran bien cobijados para así después dormir nosotros.

Eso era lo malo de venir aquí que el vuelo iba a durar 8 horas y estaríamos en España, Madrid hasta las siete de la noche.

Horas después el piloto nos avisó que habíamos llegado así que nos despertamos y abrochamos nuestros cinturones.

(...)

Al llegar al hotel Joel se encargó de las reservaciones y la distribución de los cuartos.

-Tengo hambre-Se quejó Luciana-

-Si yo también, después de mil horas en el avión-Habló Bas-

-Fueron ocho, no seas exagerado-Rió Erick-

-Miren ahí hay una máquina expendedora-Habló Jos señalando una máquina de dulces-Vamos, en lo que nos dan las habitaciones-

Las pulgas asintieron y tomaron las manos de Jos, Bas de la derecha, Luciana de la izquierda, mientras Erick y yo cuidabamos las maletas.

No Merezco Volver |J.C.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora