Capítulo 1

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Hace tiempo...

Se podía apreciar a un joven azabache corriendo entre los árboles. Quería encontrar a una persona que no había abandonado sus pensamientos desde que tenía 12 años y se fue de la aldea. Durante todo ese tiempo él estaba sumido en la oscuridad, pero ella era su luz particular, aquella que siempre lo iluminaba.

En esos momentos, necesitaba verla por última vez antes de entrar en combate en la cuarta guerra ninja. Ya podía sentir cerca aquel chakra tan dulce y puro que él recordaba. Al llegar la vio luchando contra dos Zetsus. Pronto el ambiente parecía haberse llenado de pajaritos, causado con un chidori que terminó con los dos Zetsus.

Se giró hacía la joven de la que creía estar enamorado y comenzó a caminar a paso firme hacia ella. Al acercarse lo suficiente estampó suavemente sus labios contra los de ella y pocos segundos después comenzó a mover sus labios contra los de la joven que aun parecía estar estática. Poco después ella también correspondió el beso torpemente siguiendo los movimientos de los labios de él.

Lo que la joven no esperaba es que él se separase y se fuese sin siquiera decirle que había pasado.

En la actualidad...

Se podía apreciar a un hombre de 23 años, de pelo azabache, apuesto y más varonil conforme pasaban los años; con la mano de su pequeña hija de 3 años Sarada entre la suya. Sarada era idéntica a él en casi todo, ya que compartían algo del carácter de su madre, la cual la había abandonado.

La historia era bastante triste. Ella no había sido una niña planeada. Su madre, Sakura, se aprovechó de la situación cuando estaba ebrio. Sakura tenía la esperanza de que, si se quedaba embarazada, él pasaría el resto de su vida junto a ella, pero no fue así. Durante el embarazo Sasuke había sido muy atento respecto a todo, hasta había preparado una habitación para la pequeña en el apartamento en el que él vivía. Después del nacimiento Sakura le había dicho que en cuanto se recuperase se casarían y él le dio una respuesta negativa, diciéndole que lo único que le importaba en esos momentos era la niña. La peli-rosada le dijo que si ella había tenido esa niña era para que él se casase con ella y que si no lo iba a hacer se podía quedar con la custodia porque a ella no le importaba.

Sasuke hizo un papel legal en el que le pedía la custodia completa de Sarada y a ella le daba la posibilidad de verla siempre y cuando él estuviese presente. Hasta ese día Sakura solo había ido dos veces a ver a Sarada y ambas habían sido cuando era un bebé.

Ciertamente, había resultado que no era tan fácil cuidar a un bebé. La esposa de su amigo-hermano se había ofrecido a enseñarle a cuidar a Sarada, por lo que se había ido un mes a la recién adquirida casa de la pareja y había aprendió a cuidar a su pequeña.

En esos momentos, se dirigía a casa de su amigo-hermano para la cena semanal. Probablemente llegaría antes que Naruto, ya que esté último acababa de ser nombrado Hokage hacía unos meses, pero aún no se administraba bien el trabajo.

Al llegar a la puerta dejó que su pequeña tocase con sus pequeñitas manos dicha puerta, la cual a los pocos segundos fue abierta por su amor imposible. Ella les sonreía a los dos, con aquella calidez que hacía que uno siempre se sintiese a gusto.

-Uchiha-san- hizo una reverencia y acto seguido se agachó a la altura de Sarada y abrió los brazos. Sarada se soltó de la mano de su padre y fue corriendo hasta la mujer abrazándola con mucha felicidad. Sasuke siempre se deleitaba con aquella imagen, ¿sería igual si ella fuese hija de su gran amor? -Vamos cariño, Boruto está impaciente por verte. Pase Uchiha-san.

Una nueva vida (SasuHina) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora